Wednesday, August 22, 2007

EL ESPORTON
TORO DE CARRIL
No es, ni será la última vez, que presenciemos en las plazas pedir la vuelta al ruedo de un toro o novillo suave de rectas e inocentes embestidas, cual si ignorara que sus pitones le fueron dados para defenderse. Un ejemplar, en suma de "carril" apto para menores y derroche de estética taurina.
Ante estos animales, hay toreros que no están a su altura y es que no son capaces de reprimir su júbilo por el "merengue" que les ha tocado en suerte. Se apura todo con demasiadas prisas, con miedo de dejar algo inédito o de que el toro pierda su nobleza, así en muchas ocasiones la faena se torna eléctrica y el sosiego del toro contrasta de manera notoria con el desasosiego del diestro.
Los toros de carril, tienen sus inconvenientes que perjudican no poco a los toreros (a los toreros que por serlo muy poco se empalagan con tanta confitura). Lo peor de esta clase de "bombones" en perjuicio del espada, es que el aficionado siente el impulso de bajar al ruedo y hacer las mismas cosas que esta viendo. Porque, desaparece la noción del peligro y sin ella el artista queda empequeñecido, pierde todo su relieve, hasta rayar en la monotonía. Los elogios se los llevara el toro y la censura será para el torero; las consabidas ¿ya podrás con eso?¿vaya carretón? etc., determinan por regla general el triunfo del toro sobre el esfuerzo inútil del espada.
La vuelta al ruedo, la merecen los toros de brega nada fácil, que lleven al tendido la emoción palpitante de su bravura y acometividad. El homenaje de vuelta al ruedo es para un bravío, no para el "tocinillo" de carril que nunca hará torero, por mucho que se empeñen, a quien le corte las orejas y el rabo. Diferenciemos, pues, al toro-toro del otro que, aún siendo el toro que ha elegido la figura de turno, y que luce en su paletilla el digito de su nacimiento, bien sabe el aficionado más curtido, que en las ganaderías existe el “torito”, recortadito, y terciado pensado, escogido y encargado, para todas aquellas plazas, que impongan los “ases” de la torería. Califiquemos al toro, y con él, evaluemos el triunfo del torero.

Fermín González.-

EL COMPROMISO DEL BRINDIS
Bien es sabido: que una de las cualidades importantes de "Joselito",(hablo del otro) era la prontitud que tenia en ver los toros. Nada más; aparecer estos por toriles, el menor de los "Gallos" intuía el toro de faena y lucimiento, o el de aliño.
Tal es así, que en una ocasión, un gran admirador suyo, que lo seguía allá donde hiciera el paseíllo, tenia empeño en que el torero le brindara un toro. "Joselito" se lo prometio; y el admirador compró- un magnifico capote de paseo -, para regalárselo como agradecimiento del brindis. Pero se sucedían las corridas en Madrid y provincias, y "Joselito" no cumplía lo ofrecido. El seguidor se impacientaba, pero la disculpa siempre era idéntica.
- No ha podido ser. No ha salido el toro para torearlo a gusto, como Ud. se merece.
Al fin, una tarde. "Joselito" se dirigió a la barrera que ocupaba tal señor; y montera en mano, le dijo:
- El toro es muy gueno amigo. Va por Ud. que es buen afisionao.
"Joselito" obtuvo clamoroso triunfo. Si no hubiera visto el toro, no hubiera estado seguro de el, no lo hubiera brindado; cuestión que antaño no se prodigaban con la frecuencia que hoy se hace. Hoy el brindis, esta desvalorizado. Se brinda por rutina, incluso para atender algún compromiso, por atender un ruego, o arrancar unos aplausos. Deciden brindar, sin contar con el toro, ni con sus fuerzas, ni tan siquiera con su propia decisión. En muchas, en demasiadas ocasiones, no procuran ni siquiera hacer faena. ¿A que habrá brindado, para luego no querer ni verlo?. Se brinda por ese afán de imitación, por ese afán de querer ser torero en todas las partes, y en todos los detalles, menos frente al toro. Y para brindar su muerte, primero debe sentirlo vivo.

Fermin González.-
UN CRITICO QUE HIZO ESCUELA
Llego a ser una jerarquía dentro del periodismo y de la critica taurina: Ángel Caamaño Izquierdo más conocido por el Barquero (1861-1927). Un madrileño de fino ingenio, fácil versificador y escritor ameno.
El popular critico madrileño, que al llegar a la envidiable edad de los veinte años, se vio atacado su organismo por la fiebre taurina y rodó por pueblos y más pueblos, una veces como banderillero, como matador otras, siempre dispuesto a dar fin a aquellos marrajos, que pisaban la arena de las improvisadas plazas pueblerinas.
Pues bien; cuando pasados los años el Barquero- veía los toros desde la barrera - su pluma trazaba sobre el papel aquellas amenas reseñas que constituían por su rigor y veracidad su plato fuerte, que hubo una época, en que dejo de firmar estas en el Heraldo de Madrid - volviendo después a pedirle - que reingresara en el prestigioso periódico, como así lo era el Heraldo en aquel tiempo.
Mi pretensión, no es otra, que rendir tributo a la memoria de quienes dedicaron por entero su vida a escribir sobre temas taurinos, y, de pasada, que se conozca, aunque solo sea superficialmente quienes fueron los críticos, que dieron cuenta de los primeros pasos de las figuras cumbre como fueron Joselito y Belmonte.
Ángel Caamaño Izquierdo, que un buen día llego a la prensa.. sin titulo.. para ejercer la critica taurina, dispuesto a decir a los toreros ¡ las verdades del Barquero !- de donde nació su seudónimo - . En este hombre se dan dos curiosas paradojas; primera con Maoliyo el Espartero: la mañana del día de su muerte, quisieron presentárselo en el Café Ingles: pero hubo de renunciar a tal honor por falta de tiempo. Unas horas después era ya imposible. La segunda curiosidad, abandono la escuela, cuando apenas sabia escribir, y escribiendo llego a mantenerse y a mantener a los suyos. Cuestión harto difícil en aquellos tiempos, y, en estos también.

Fermin González.-

Monday, August 20, 2007

TOREAR SIN QUITARSE LAS ESPUELAS
En estos invernizos meses; y mientras sale el toro. Parecen los momentos más oportunos, para indagar y publicar situaciones y sucesos que tienen relación con el nervio de la historia taurina.
Este de hoy: pertenece al picador Joaquin Coyto (Charpa) el notable piquero, que ya fue noticia entre los revisteros de la época, tenia unas grandes aptitudes para ejecutar el toreo a pie, suerte que ejecuto en más de una ocasión, para lidiar en los tercios de banderillas y actuar de matador. La dificultad en practicarlo, y el mérito conseguido, se comprenderá sin esfuerzo, teniendo en cuenta el pesado atavío de los toreros de a caballo, que contrasta por completo con la soltura necesaria para los tercios siguientes. Pues, a pesar de lo cual Charpa lo efectúo en ocasiones demostrando grandes conocimientos, no solo de banderillero sino, para dar cuenta de sus aptitudes estoqueadoras.
Se sabe, que con fecha, dos de Octubre de 1.853 en Barcelona, se celebro una corrida, con los espadas Cuchares y su hermano Manuel Arjona. La novedad que ofrecía el cartel, era la de que el picador Joaquin Coyto (Charpa) habría de banderillear y dar muerte al quinto toro de la corrida - negro bragado y llamado Macareno - Joaquin lo pico bien, se dio buena maña clavando en banderillas, y no estuvo torpe en el manejo de la muleta ni pesado al esgrimir la espada, pues tumbo de un metisaca a Macareno, estocada muy corriente en tales calendas. Y tan aplaudido fue, que incluso le concedieron la oreja. Mas aquellos aplausos no ofuscaron a Charpa, pues hombre de buen sentido común comprendió que no adquiriría, toreando a pie el renombre que tenia como picador.
Una extravagancia, la de este hombre, que sin duda ustedes, recordaran , se ha realizado al contrario. Un matador que ha ejecutado los tres tercios. ¡ Pero lo de aquel, esta por ver! aunque todo se andara.

Fermin González.-
EL ESPORTON
SIN FRAC NI CHISTERA
¡Ese "tío" es un Charlot!. Esta fue una frase que en no pocas ocasiones se oían en los tendidos y se comentaban a las salidas de las plazas de toros. Con ello no querían decir que era un magnifico artista evocando el recuerdo del famoso actor Charles Chaplin ¡no! todo lo contrario; el dicho, era en tono despectivo hacia el torero que aquella tarde no había estado acertado y su comportamiento en la plaza, entre el huir, dar mantazos, saltar la barrera y hacer algún alarde fuera de toda lógica, era recriminado por los publicas con el improperio de "Charlot".
Al torero, que más se tildo de "Charlot" por el aficionado serio, purista y entendido fue sin duda a Cordobés I, que sin embargo llenaba las plazas y como revolución social, tuvo tantos defensores o más que detractores.
Parece ser, que fue Eduardo Pagés empresario catalán a quien se le ocurrió la idea del charlotismo, en la época que hacían furor las actuaciones del cómico ingles. Para ello, el hábil empresario contrato a un torero barcelonés de poca fortuna, para que imitara a Charlot. Se dio tanta maña en su trabajo y fue tan triunfal la actuación del "Charlot" que el espectáculo prosiguió su campaña por los ruedos de España, Francia y América.
Nació entonces ese tono despectivo, cuando en el aspecto más serio de la anunciada corrida, el torero se olvidaba de las formas ortodoxas y genuinas del arte de lidiar toros, acusándole los públicos con el grito ¡Eres un Charlot!
Hoy los públicos, no son tan irreverentes... No dicen nada... y en paz.
Fermin González
EL ESPORTON
RECUERDOS
Cuando llegaban estas fechas, servidor y el añorado Carlos Pereletegui, quedábamos para tomar unos cafés, y charlar durante un buen rato, del rumbo que llevaba la Fiesta y sus personajes, así como de la feria, salmantina próxima a comenzar. Un repaso critico, que, nos dejaba más o menos en disposición de aventurarnos en algunos pronósticos. Por esos momentos, y por no poder disfrutar tanto de tu conversación, como de tu palabra escrita, siento una desgana ferial tremenda. Dicen que las añoranzas, encierran tristeza. Yo no lo creo, pienso, que añorar es rendir tributo al recuerdo de las cosas agradables, que de uno se han ido alejando, y que tal añoranza tiene – como en este caso – un sentido espiritual. Glosar sobre la personalidad y la calidad humana de las personas que desaparecieron, no puede catalogarse de nostalgia. Es corresponder con toda justicia, a aquellos, que dejaron una huella en la vida profesional, en la amistad y en la familia; o fueron ejemplo de ciudadanía, seriedad y responsabilidad, siempre con calidades superiores a lo normal. Calidades, que descubrimos y admiramos, a medida que el tiempo, las vivencias y los recuerdos se apoderan de nosotros. Y, al igual que le ocurre este comentarista, le ocurrirá a aquellos, que tuvieron el privilegio de disfrutar una amistad sincera con Carlos.P. Suele ser muy frecuente que, “(digamos, los más maduros)”, evoquemos los tiempos vividos, y que estos se recuerden con esa marcado pesimismo y no menos carga de pesadumbre, y aunque estos encierren nostalgias, es bueno y lógico evocar tiempos vividos, con ello, vuelve a reponerse y renovarse uno de ilusiones por vivir y, son argumentos fundamentales, que dan formas alegres para justificar generosamente recuerdos del pasado. Por esto, al llegar estas fechas – más para su familia -. Pero también para muchos de nosotros, echaremos en falta en las páginas taurinas, una lengua que compadecía con cálido humor arraigado a esta tierra, y sabía utilización de palabras y conceptos, que hará que su nostalgia se presente en las primeras notas timbaleras. “(Por lo pronto compañero, si esta pagina volandera llega al cielo, te diré que Morante no viene esta feria)”… Ya te contare…

Fermín González.-
EL ESPORTON
CUESTION DE RESPETO
Son multitud de ocasiones: En las cuales podemos ver y oír tanto en tertulias, programas de radio, prensa y TV. Que, se emplea una palabra, que todos exigimos, agarrándonos a ella, y sin perder ocasión alguna para reclamarla, con el firme deseo, y en demanda de que se nos tenga en cuenta; me refiero al respeto.
Es una palabra que, en el contexto de los toros y también como vemos en la vida cotidiana, de tanto repetirla y exigirla, parece ser un valor en baja. Muchos toreros le han perdido el respeto al publico, lo cual no empecé que reclamen para si mismos todo el respeto del mundo. Esto, ha contagiado a los públicos, y ya son multitud los que se aplican la tópica y típica coletilla, que dice: “Cuando un torero esta toreando, se merece el máximo respeto, y no se le debe protestar”. Quieren decir (estas bondadosas, nobles y educadas gentes). Que, mientras el torero, puede estar realizando el toreo más mostrenco, que se pueda concebir, toreando de aquella manera – o sea mal – lo que se dice, pegando el "petardo", hemos de ser respetuosos y estar como en misa y, cuando arrastren al toro, entonces que protesten cuanto les venga en gana.- Lo bueno de todo esto, es que, hay quien cree, incluso, que esto esta regulado en el vigente reglamento taurino. Y si alguien alza la voz en legítima protesta, por el destoreo que se produce en el ruedo, como poco, será mirado con desprecio, y corregido despectivamente. ¡Pues, debe protestar al arrastre!
En los toros, no es solo el torero quien exige respeto, puesto que, hay una corte de humanos que también reivindican más de lo mismo, apoderados, empresarios, presidentes, delegados y otros muchos. Pero al llamado "irónicamente" respetable, al público asistente y pagano, apenas si se le respeta, sin embargo si le atropellan con innumerables situaciones fraudulentas, que se producen desde que, entra en la plaza. Merecen todos los respetos, todos aquellos que lo reclaman, nadie lo pone en duda. Pero hemos de tener en cuenta que otros muchos lo piden a “grito pelao” y nadie les hace caso. Y es que en cuestión de respetos, en las corridas de toros, no es precisamente el artículo 14 de la Constitución Española. ¿Quieren comprobarlo?, vayan ustedes a la plaza... vayan….

Fermín González.-