Thursday, February 28, 2008

TAUROMAQUIA
Pinceladas a su leyenda, a su historia, a su cultura y a sus personajes
UNA VIEJA RESEÑA

Las cosas ocurridas en esta corrida, fueron verificadas con fecha 12 de octubre del año 1890, cuyo cartel estaba compuesto por seis toros de la ganadería de don Anastasio Martín y los matadores Mazzantini Y “Guerrita”, más el sobresaliente Miguel Almendro, quien por cierto, no compareció ni tuvo sustituto.
Aunque el tiempo estaba lluvioso, se registro una entrada muy buena, y al dar las tres, hora señalada para principiar, apareció el teniente de alcalde don Eduardo Utrilla, encargado de presidir, y dio orden de efectuar el desfile, O como escribió “El Torero”, revistilla de la época y de la cual extraigo lo ocurrido:
Desde el puesto de costumbre,
Sacudió el blanco cendal
Como quien aventa lumbre,
Que es de empezar la señal.

(Entonces existía la costumbre de intercalar versos en las revistas de las corridas de toros, cosa que hoy rechazarían los más graves sesudos y aristarcos, que no saben hacer critica, si no adoptan la vulgaridad y el “aire” doctoral.) Como por entonces interesaba saber todo cuanto acontecía, se recuerda, que en el primer toro de aquella corrida llamado “Esmorradito”, tomo la alternativa el picador Manuel González “Baulero”, formando tanda con el famoso José Bayard, “Badila”. Nada de particular ocurrió durante la lidia de los tres primeros toros, pero al salir el cuarto y terminar el vulgarísimo curso de la fiesta fue todo uno y lo mismo, según vamos a ver leyendo lo que la citada revista publicó:
“Toca la orquesta la marcha de “Tannhauser” que ha hecho popular el batallón del Hospicio, aprieta la lluvia y sale a escena “Farolero”, numero 18, berrendo en negro, botinero y bien puesto, vuelve la jeta al presentársele un hulano. – Esta es la victima – dijeron no pocos espectadores. – El fuego será con él – agregaron otros. Pero no sucedió así, gracias a los de aúpa, que, a fuerza de acosarlo, lograron que tomara las varas reglamentarias. El bicho, que cortaba el terreno y alargaba la gaita, fue pareado por Antonio Guerra y “Primito”. “Y una vez banderilleado, Mazzantini lo corrió por derecho para ir a saltar al foso por el cinco, seguido del toro, que saltó tras él.” Don Luís pretendió ganar un burladero del callejón, mas, al llegar a él, le alcanzó el toro y le tiro un derrote que, al resbalar en el costado izquierdo, le deshizo la hombrera del mismo lado. Entre el toro y el burladero, aprisionado en la contrabarrera, la situación de Luís Mazzantini era difícil y peligrosísima. Con intuitiva rapidez agarró con la mano izquierda el cuerno del mismo lado, y, cerrando el otro puño, dio con él fuertes golpes en un ojo del animal, conteniendo sus derrotes titánicamente, hasta que así consiguió que se desviara algo, lo suficiente para que él penetrara en el burladero.
Según describe el “Torero” fueron unos momentos de enorme ansiedad; el toro se afianzaba en las patas traseras, que resbalaban en el húmedo suelo, dejando un surco; Mazzantini, rojo como la grana, casi sin respiración, apoyado en la contrabarrera, asestaba puñetazo tras puñetazo; la lucha no podía prolongarse; la emoción subía de punto, sobre todo en aquellos que presenciaban de cerca lucha tan desigual, y no hay que decir la ovación cariñosa que recibió el diestro por haber salido sin daño alguno de aquella situación apurada. La cuadrilla desde que sucedió lo de Luís anduvo de cabeza, el bicho que debió conocer el efecto de lo que había hecho, se creció y se apodero de todos. Es decir, de todos, no porque de él se apodero pronto “Guerrita” con gran valentía, recogiéndolo y castigándolo en regla con cinco pases por alto, tres cambiados y uno de pecho, todos muy buenos, para largarle, entrando corto y derecho, una estocada superior, embraguetándose, dio dos pases después de esto, y “Farolero” mordió tierra hecho polvo.
Descripción que terminó pulsando nuevamente la lira y diciendo:
Hubo palmas y sombreros,
Prendas de ropa, pitillos,
Y hasta muy buenos vegueros,
Palomas y pajarillos.

Pero nada de flores. Y nada de orejas ni vueltas al ruedo. Hoy domina cualquier diestro de campanillas a un toro manso, se hace con el empleando una docena de pases, lo mata de digna estocada en corto y por derecho, y se esta hablando de ello todo un año, amen de organizarse, algún homenaje para exaltar al que tal cosa hiciera. La ovación de que fue objeto el “Califa” cordobés, la hizo extensiva a Mazzantini cuando las mulas arrastraban a “Farolero”. Y nada más. Quiere decirse, que entonces no se registraban los empalagosos excesos que hoy presenciamos. En los toros restantes “Carilargo” y “Relamido” estuvieron muy bien los espadas. Y con la emoción que produjo el apurado trance en que se vio el primero, y el arte y el dominio demostrados por el segundo, se considero la gente por indemnizada de las molestias ocasionadas por la lluvia, y de la mansedumbre de las reses de Anastasio Martín.
¿Hay quien sienta curiosidad por saber que hizo el picador de alternativa? Pues esto decía el “Torero”. “El Burlero” que ayer alternaba por primera vez, tiene voluntad para el trabajo, pero necesita aprender bastante el oficio. Fue tan poca cosa como artista, que hay indices biográficos que ni siquiera lo mencionan.
Es sin duda esta curiosa forma de narrar aquello que acontecía en aquellas históricas calendas, donde se pone de manifiesto el uso de palabras dentro del peculiar argot taurino, y donde la imaginación del crítico, redondeaba lo sucedido en la tarde de corrida. Sin duda eran otros tiempos. Eran aquellos en los que gustaba escribir.-


Fermín González Vicente, comentarista en el Adelanto y onda cero radio.
Para la revista la tertulia Rona – Dalba.-

EL ESPORTON
ÁNIMO Y DISPOSICIÓN
En la jerga taurina, disposición es un estado de ánimo especial que propicia estar ante el toro con relativa tranquilidad y claridad de ideas. Un curtido y experto aficionado lo nota y percibe casi en el paseíllo. El torero dispuesto a triunfar, apenas sonríe en la puerta de arrastre. No gasta ni admite bromas y sus respuestas ante los medios de comunicación son rotundas. Su rostro revela una innata concentración, y su mirada en el horizonte, solo es visible para él. Sabe que esta entre la razón y la contenida tensión y que va a salir a por todas. Se siente responsable pero sin que esta, sea capaz de atenazar su pulso.
A la primera ocasión interviene, sea en quite o en cualquier ayuda. Siempre esta situado en los lugares de peligro y, aunque este cerca del toro, no muestra excesivas precauciones. Las cuadrillas mismas lo notan y se sienten seguros a su lado. Por lo general su capote es el primero en los compromisos. Y, es que la disposición, da agilidad a los pensamientos y a las piernas. Lo contrario es ausencia, plomizo, estar de tramite, es decir llevar el traje puesto, pero haber dejado el torero en el hotel.
Esa forma de comportarse, es privativa de los que se sienten “agusto” dentro del traje de torear, en la plaza y ante el toro. Es la torería, esa que conserva la moral, aunque a veces se pinche en hueso. No existen las musas, los duendes, la inspiración ni otras pamplinas, que no pocas veces utilizamos como retórica banal, saliéndonos por la puerta de atrás de la palabrería. Si la voluntad de hombre en plenitud no se sustenta en la constancia, afición, orgullo y otras cualidades, que un buen torero alcanza cuando esta en plenitud de su madurez y centrado plenamente en su afición.
Posiblemente, pocos se fijan en estas cosas, quizá minucias, pero muy indicativas y de las que hay que gozar. La fiesta ofrece multitud de facetas y hay que fijarse bien para probar que te gustan. Observen durante un rato a cualquier torero, y descubrirán detalles que lo retratan. Podrá parecerles simple pero es muy interesante.

Fermín González.-

Friday, February 22, 2008

EL ESPORTON
MESTIZAJE
Desde hace muchos años, el espectáculo de los toros es objeto de una especial curiosidad por parte de gentes extranjeras, que antes sin duda alguna, por su confusa idea de lo que la Fiesta representa, la consideraban incivilizada y "salvaje". Sin embargo cada vez son más aquellos que hoy se acercan a las plazas de toros, ocupando muchas de las localidades en los tendidos. Y cada vez son más aquellos que comprenden, que la Fiesta forma parte de la cultura, la historia, la tradición, la raíces y la idiosincrasia de los pueblos de esta España, en la que muchos de sus hijos, presumen de ciudadanos ecologistas, con el fin de tapar y disimular hipócritamente sus vergüenzas enarbolando la bandera de antitaurino, sin saber tan siquiera, de que va la “copla”.
Tratar de persuadir a un señor de otra nacionalidad, de que el toreo no es una cacería ni tampoco una lucha por la fuerza, ya que esto es imposible, sino un juego bellísimo, de colorido y sugestivas arrogancias, donde la inteligencia del hombre va, poco a poco venciendo la fuerza del astado hasta dominarle por completo y hacerle rodar a sus pies de una estocada bravamente puesta. Fomentar el espíritu de un ciudadano irlandés, belga, o danés etcétera, no es, ni ha sido tarea fácil, pero, al contrario que en otras épocas del toreo hoy se exhiben en los tendidos, todo un mestizaje, donde quizá, el asiático sea el aficionado más entusiasta del arte del toreo, Y, aunque muchas veces el resultado es otro, y la decepción se apodera de ellos, bien podemos decir que se van obteniendo positivos resultados.
Lo que si creo; es que los toros hay que ofrecérselos a los extranjeros con toda su dureza, y el riesgo que son característicos del viril espectáculo. Es una fiesta toda hecha de emociones y peligrosas audacias, a la que no le van los lamentos sentimentaloides. Todo lo que se haga por humanizar el espectáculo no será otra cosa que castrarlo. El espectáculo solo se humaniza cuando un torero con inteligencia sortea el riesgo de manera fácil y hace de un toro bravo o de un manso cuajado de peligros un cordero sumiso y obediente al dictado de su sabia muleta. Ofrezcamos nuestra Fiesta con toda su grandeza (si es que, de verdad le queda todavía), sin quitarle la más pequeña cosa que la rebaje y la reduzca a una función blanca y circense. Porque: A eso iremos, si la razón no logra imponerse.-


Fermín González.-

Thursday, February 07, 2008

EL ESPORTON
EXCLUSIVAS
No escapa es espectáculo de los toros, de la convulsión social, que también en otro orden de cosas vive este país llamado España. Seria absurdo no reconocer, que prima la cantidad sobre la calidad, y que en muchos abonos de ferias, las tardes han sido soporíferas, espesas y vomitivas. El descaste y la falta de selección de las ganaderías, la maratoniana suma de festejos, la falta de autoridad en el cumplimiento de lo estatuido, así como la falta de exigencia de un publico conformista, hacen que el fraude, casi, sea permitido.
Este espectáculo, que ha sobrevivido siempre a los tiempos por su rigor, seriedad y exigencia de calidad, no debe caer en la mediocridad. Cierto es, que el escalafón en su parte más alta, ya tiene firmados sus contratos para toda la temporada. ¡Díganme pues, qué motivación y exigencia supone esto! Sin embargo, si provoca no poca frustración en el resto del escalafón. La exclusividad de los toreros “funcionarios” ha cerrado las ferias antes de que arranque la temporada, y muchos de aquellos que terminaron a la cabeza del escalafón, van a permitirse el lujo de ir disminuyendo sus actuaciones, otros buenos toreros que se visten esporádicamente, tendrán que padecer los numerosos sinsabores de la profesión, y en no pocas ocasiones acudir a la recomendación, con el fin de poder actuar hasta en la feria de su pueblo. Lamentablemente muchas cosas fueron las que han cambiado en el toreo, pero sin embargo otras que son más de justicia, se han mantenido y aun se mantienen inalterables. “Esto esta muy dificil, responden no sin cierta resignación”. Y no se duda de ello; pero también cabe preguntarse, ¿sino es uno mismo quien con su conducta y actitud se cierra las puertas de las plazas? El caso es que, ahí siguen a la espera de esa oportunidad que les catapulte a la fama y al reconocimiento. La salida de no pocos, es ingresar en el escalafón de plata. Pero los más no se dan por vencidos, hasta agotar cuantas opciones vislumbren de demostrar su valía. Claro que, cuando se encuentre arriba, será dificil que se acuerde de los de abajo. Y en esas estamos año tras año, tal y como siempre ocurrió.


Fermín González.-