Wednesday, March 19, 2008

ESPORTON

PUBLICOS GENEROSOS
Hay que distinguir, cuando se habla genéricamente de afición, porque no toda es igual. Muchos son, los que acuden a las plazas y asisten con frecuencia a los espectáculos taurinos de feria, pero que sin interesarles gran cosa los antecedentes taurinos de una ganadería, las razones de la evolución del toreo, males de la tauromaquia, las escuelas, la misma historia de las figuras más renombradas y de prestigio; poco conocen del reglamento, y son vacilantes de criterios. Sin embargo, son los públicos que más gustan a los toreros, y mucho más a las empresas, porque estos contribuyen a la buena entrada, ocupando a mayores las localidades de más alto precio, son aquellos, que en una corrida, no se andan con remilgos a la hora del aplauso y de agitar su pañuelo en demanda de orejas y rabos. Acomodados en sus asientos, otean si han venido sus amigos y conocidos, saludándoles con efusivo y exagerado entusiasmo.
Luego están las minorías de selección, al igual que ocurre en todas la aficiones. Y claro estos; ante tanta desmedida petición de despojos se preguntan. ¿Es que no basta con la concesión de una oreja, dos a lo sumo para distinguir como extraordinaria la lidia y muerte de un toro? En mi modesto sentir, por lo que al rabo se refiere, ningún aficionado serio debe pedirlo para un espada, como así mismo ninguna plaza por escasa que sea su categoría debe concederlo. Así pues,- están ustedes conmigo, en que no debe pasarse de los pabellones auriculares…- Es seguro que el verdadero, él autentico aficionado, piensa de esta manera y desea ardientemente, que las cosas vayan por sus cauces naturales. ¡Porque señores! Se ha llegado a tal inflación de trofeos, que las orejas y rabos se cortan con manifiesta exageración
Debe ser la critica taurina, la que emprenda esa labor de denunciar con fuerza y constancia, la que tienda a reducir tanto corte de apéndices tan de moda en esta época y sobremanera, aquellos que tan alto hablan en muchas ocasiones de las ventajas y seguridades, de que se rodean actualmente las figuras del toreo. - Como sino, se pueden premiar las ferias con tantos trofeos –. Donde esta la critica, donde la afición, donde la autoridad.

Fermín González.-

Tuesday, March 18, 2008

EL ESPORTON
A LA SOMBRA DE LA GIRALDA

Los primeros acontecimientos de las ferias del Levante, donde tanto en Fallas, como la Magdalena en Castellón, sirven para ir tomando el pulso a la temporada, se empieza a ver en líneas generales, lo que esta puede dar de si. Ahora la próxima cita importante, es Sevilla. Donde creo que, es el único sitio donde no se siente la morriña y la melancolía en estos días de Semana Santa. Tiene la facultad y el carisma de la alegría, de hacer dulce y festivo lo que, a nosotros por estas tierras nos causa cierta serenidad y tristeza. También es cierto que, Semana Santa en Sevilla es el prologo de su feria Abrileña, tan deseada, que viven lo primero con una pasión y sentimiento entrañable, que se tornan alegres y bulliciosos, o que por el contrario pueden guardar un silencio sepulcral que encoge el alma, cuando al paso del Gran Poder una saeta surge de cualquier portal, balcón o cadena humana que espera el paso del Cristo. Otro silencio, que siempre tuvo su aquel, se produce en la Maestranza, que se rompía con el olé seco, rotundo, uniforme y emocionado, cuando el torero de turno, torea profundo, ligado y reunido. Me confeso cierto Maestro en una ocasión que, el olé de Sevilla es distinto de otras plazas; es vibrante, ayuda a confiarte, da calor, tiene un sabor agradable. No se puede discutir, que es una plaza torerista que mima y mitifica sus toreros, pero que siempre cuido la presentación del toro, o al menos siempre lo hizo, aunque como bien todos sabemos, mucho han cambiado las cosas en la fiesta de los toros.
Esta segunda cita importante de Sevilla, ya es otra cosa; el mes transcurrido desde Fallas, hasta el comienzo ferial de Abril, ha dado tiempo a los diestros, al menos para `probarse y ponerse en forma, aunque muchos de estos hayan estado en tierras americanas. Todo tiene más luz, color perfil y sentido, así como mas influencia en la configuración de la temporada. No decide como ocurriera en otros tiempos, pero orienta; sus carteles, sino permiten un desfile de todos los toreros, que interesan, si están al menos los más importantes, salvo alguno que como siempre ha ocurrido, no llega al entendimiento, casi siempre de índole monetaria. El caso que para esta próxima a comenzar, los carteles están en la calle, y nosotros debemos de alegrarnos, de la bonanza, pues no se conocen ni en los mejores tiempos del toreo charro, tanta presencia en la Maestranza Sevillana. “Vamos a ver si le ponemos, un color aún más especial”.



Fermín González.-

Saturday, March 08, 2008

EL ESPORTON
NUEVAS AFICIONES

Indudablemente, estamos ante una crisis de aficionados: Las nuevas generaciones, no han aplicado su interés a la fiesta de los toros, y aquellos que se acercaron a esta, no la juzgaron como una técnica y un arte, sino, que acudieron a ella como un espectáculo más. Según han ido desapareciendo los viejos aficionados, a estos, no les han sustituido otros que siguieran sus huellas, en cuanto al rigor, la seriedad y exigencia de las inmutables reglas que desde Pedro Romero acá, han regido y deben regir en el arte de lidiar toros bravos. Predomina hoy en el toreo, la plástica, la estética, la presencia, el quietismo etcétera, desdeñándose y menospreciándose valores que siempre han tenido capital importancia y trascendencia. Y en esto han influido varios factores, entre ellos, la casta y fuerza del toro, la crisis de una critica exigente, y, el aficionado antes señalado.
Bien están, y bienvenidas sean las innovaciones, las aportaciones que un torero genial imponga – tal como siempre ocurrió -, pero que estas innovaciones, no tergiversen reglas que por básicas son inalterables. Para desgracia de la Fiesta, esto no ha sido así. El torero genial surgido estos últimos tiempos, trajo consigo un toreo, que si, perfecto en cuanto a plástica y estética, esta lleno de defectos. Toreros, que pasaron a formar escuela, y echaron por tierra esos principios básicos, que solo una crítica serena, consecuente y unánime junto a una afición consistente pudo evitar. Ya el mal esta hecho, ya es muy difícil su extirpación, los públicos más optimistas, esperan la regeneración de un torero futuro que volverá con la pujanza de su arte, y sin trampas, a poner las cosas en su sitio. Pero participar de tan candorosos optimismos, conceptuando enormemente arduo volver al camino difícil, cuando se tiene el fácil. Esa regeneración – romántica si se quiere -, no puede llegar por impulsos de un torero, sino, por exigencias de críticos y aficionados, y por lo que se vislumbra en uno y otro campo no llegara la reacción salvadora. Sin apelar a la nostalgia, hoy las plazas se resienten de aquel aficionado, entendido, competente, con gran conocimiento, que juzgaba las faenas de cada diestro en su justo valor, sin que lo similar, el lance hecho y a favor, pudiera pasar por verónica cargando la suerte y toreando la res. Aficionados, de ole seco y rotundo, ante los del entusiasmo pueril y desorbitado del espectador de ahora, donde muchos van exclusivamente a divertirse. Los toros, es una fiesta, no un carnaval, los toros fueron siempre arte, emoción, vibración e incertidumbre. Se iba a presenciar lo bello que a veces encerraba lo trágico, nunca fue propiamente una diversión como ocurre en estos mometos.Con la merienda, el teléfono y demás piruetas.- Y así esta la cosa.-

Fermín González.-