Saturday, January 26, 2013

EL COMPROMISO DEL BRINDIS


EL COMPROMISO DEL BRINDIS

            Bien es sabido: que una de las cualidades importantes de "Joselito", era la prontitud que tenia en ver los toros. Nada más; aparecer estos por toriles, el menor de los "Gallos" intuía el toro de faena y lucimiento, o el de aliño.
            Tal es así, que en una ocasión, un gran admirador suyo, que lo seguía allá donde hiciera el paseíllo, tenia empeño en que el torero le brindara un toro. Jose se lo prometio; y el admirador compró un magnifico capote de paseo, para regalárselo como agradecimiento del brindis. Pero se sucedían las corridas en Madrid y provincias, y Joselito no cumplía lo ofrecido. El seguidor se impacientaba, pero la disculpa siempre era idéntica.
            - “No ha podido ser. No ha salido el toro para torearlo a gusto, como Ud. se merece”.
            Al fin, una tarde. Joselito se dirigió a la barrera que ocupaba tal señor; y montera en mano, le dijo:
            -¡” El toro es muy gueno amigo. Va por Ud. que es buen afisionao-¡”…
            Joselito obtuvo clamoroso triunfo. Si no hubiera visto el toro, no hubiera estado seguro de el, no lo hubiera brindado; cuestión que, antaño no se prodigaban con la frecuencia que hoy se hace.
            Hoy como tantos otros detalles de la Fiesta, el brindis ha desvalorizado. Se brinda por brindar, por salir de un compromiso, por atender un ruego, por arrancar unos aplausos. En la plaza ya no corre aquel runrún que se percibía antes ¡lo va a brindar, va a quedar bien! No faltaba el agorero sabiondo que pronosticaba ¡"sa… equivocao"! "el toro no esta pa brindarlo". Por esa razón de que el toro no esta para brindarlo, los brindis no se prodigaban y, escasamente se hacia al publico desde el centro del ruedo.
            Hoy brinda el torero, sin contar para nada con el toro, ni con sus fuerzas y decisión. En muchas ocasiones, en demasiadas, no procuran ni siquiera hacer faena, y los espectadores extrañados, y un tanto desilusionados se preguntan. ¡A que habrá brindado para luego no querer ni verlo! Pues, brindaron por rutina, por ese afán de imitación que aqueja hoy a la fiesta, por ese afán de querer ser torero en todas partes y en todos detalles, menos frente al toro.
            Se ha perdido el gesto de,- cuando se brinda-, al terminar la breve perorata arrojar la montera por detrás del cuerpo y de espaldas a las tablas. Ahora la colocan en un pilar de la barrera como quien cuelga el sombrero, o la entregan al mozo como algo que le estorba. Cuando brindan a personalidad o amigo, doblan el torso cerca del brindado, como comunicando algo que los demás no interesa que se enteren. (“-Te brindo la muerte de este toro, porque me lo ha dicho mi apoderado, pero no te lo tomes a mal, el toro no me gusta, le voy a dar unos trapazos y atizarle una media en el chaleco”). Ocurre también, que algunos brindados son muy tímidos, y, otros jactanciosos. Los primeros, se levantan con pereza, contraídos como si les doliera el espinazo. Los jactanciosos, ya están de pie antes de que llegue el matador; y mira a todos anunciando.”-Es a mi, solo a mi, al que va a brindar”-. Y sonríe como una “vedette” empinándose sobre la punta de los pies.- Ahora menos; pero antes servidor se fijaba mucho en estas cosas.- otros tiempos claro.-

            Fermín González.-comentarista onda cero radio- Salamanca.
            

ARTE Y ESTETICA



 ARTE Y  ESTETICA
            Poco, o muy poco; casi nada, se habla de un factor humano en el toreo. Cifrar expeditivamente la atracción del toreo en unas esencias vagas e impalpables, como son: la gracia, el duende, el espíritu, el pellizco etc. etc.; es evadirse por la puerta trasera de la palabrería, dejando inexplorada e incomprendida toda la enjundia de un importante fenómeno humano. Detrás del toreo, como detrás de la danza u otra expresión de arte, hay un esqueleto, una musculatura, unas articulaciones,  es decir, la preparación del cuerpo que se requiere para efectuar  profesiones que supone mucho esfuerzo   desgaste físico así como psíquico. El disponer de la frescura y la confianza de encontrase fuerte, es consecuencia de ese chispazo de belleza, que a veces nos pueda parecer casual, y sin embargo, arranca de esa aplomada armonía que emana del gesto humano, cuando este exhibe con facilidad elegante, y con  adecuación funcional a la operación que realiza.
            Cuando el torero por primera vez, fija las piernas en el suelo sin flexión de sus articulaciones, se ve obligado a aprovechar el desplazamiento curvo de sus vértebras, para- vaciar- al toro, al que por primera vez se va acercando tanto, que la nuca se ve obligada a flexionarse en ángulo hacia abajo, hundiendo la barbilla en el pecho, para que no se evada del campo visual el enemigo que cruza. Belmonte, iniciador de lo que era explosión de inexplicable belleza, emociono a los públicos, que quedaron prendidos, en una estética revolucionaria y apasionante. Los críticos y comentaristas de prensa, hablaron de la “intuición escultorica” del nuevo torero, y añadían que; aquel grupo escultórico que Juan y el toro lograban, configuraban una armonía estética definitiva. ¡”Si esto le atribuían a Belmonte los revisteros de la época, a pesar de la aparente fragilidad del sevillano”!, hoy  podemos decir, que en cuanto a lo que se dice [estética a palo seco], nunca hubo en el escalafón toreros más guapos, más fibrosos, mejor formados, mejor entrenados, alimentados y vestidos,  etcétera, (de los que hacen el paseillo en los tiempos presentes). O sea, disponen de un físico envidiable, pero tal como digo al principio, son las impresiones de esa retórica maquillada, con apelativos y vocablos que disimulan la verdad, de lo que debe ser el arte de torear y sobre todo, cuando el “buen mozo”, se descara con aquellos que no comulgan con ruedas de molino, y ponen en cuestión sus valores estéticos, por la sencilla razón, de que, carece de otros.

                        Fermin González- comentarista onda cero radio-Salamanca-

Tuesday, January 15, 2013

RUMORES Y PUESTA A PUNTO


RUMORES Y PUESTA A PUNTO
            El toreo de invierno en la España taurina, aparte de la campaña Americana, esta supeditado al entreno, ha hacer campo, al descanso, a ponerse fuerte para cuando se inicie la temporada. Es una máxima que año tras año todo torero tiene bien aprendida.
            Antes de que dicha temporada comience a rodar es muy frecuente, que entre los personajes más próximos a los toreros, entre los que se encuentran, aquellos “alcahuetes” de tentadero, que “(Móvil)” en ristre, suelen intercambiarse la información que tiene como base; la pregunta  “¡como esta fulano…!” obteniendo una respuesta, que no será del todo sincera, dependiendo de los intereses que persiga el intermediario y seguro conocido taurino.
            Pues bien, si los toreros se ponen a punto, ocurre al igual con los toros. Los empresarios, sobre todo los más fuertes, los que dominan el conglomerado taurino, comienzan a mandar a sus emisarios y veedores a recorrer ganaderías para adquirir aquello que más y mejor se acomode tanto en precios como en hechuras, de lo que van a soltar por toriles cuando comience a sonar el clarín.
            Toros, que ahora aún no están rematados, no tienen buen lustre, no están cumplidos, en definitiva, no están puestos, van siendo señalados, anotados sus números, para cuando en los meses del recorrido ferial se encuentren en su punto de presentación, trapío, desarrollo, peso etc. etc. O sea, dispuesto a ser el “Rey” de la Fiesta. Pero todos sabemos que esto no será así  (se admiten excepciones),  y a ese ejemplar, al toro llegado a su máxima esplendidez, le espera una tortuosa, denigrante y estresante manipulación, Todo estará en su contra, para convertirlo si es posible en el “becerro de oro”. Como digo estas son las fechas, de sosiego y descanso para unos, sin embargo, otros no paran, no cierran nunca sus despachos, hay que comprar, señalar ganado y contratar al torero lo antes posible, e ir cerrando ferias y festejos, con el fin de apañar las exclusivas, sobre todo de aquellos que dominan el escalafón. Otros por el contrario, comienzan su particular peregrinaje, buscando la recomendación para estar en el cartel. Nada nuevo por otro lado, Cada año sucede, más de lo mismo.
             Sin embargo, parece ser, que esta temporada 2013 los nervios andan un poco sueltos; o porque entre los elementos que juegan en la fiesta se está desarrollando un torneo de esgrima, con fintas y con amagos por aquí o por allá para tratar de desconcertar a los adversarios; lo cierto es que con mayor anticipación que otros años se viene hablando de lo que va a ser la actual campaña y se barajan nombres y carteles con tales datos y posiciones que, de creer en todo lo que se habla y en lo que se escribe, ya podrían realizarse las más completas estadísticas de la temporada.
            Luego los resultados diferirán notablemente; donde ahora existen desarreglos se llegara al acuerdo y en los que ahora todo significa armonía surgirán las inevitables discrepancias; porque es lógico que se produzcan en el montaje de una fiesta en que pugnan tantos intereses y apasionamiento.
            No cabe duda, que se aborda una temporada con movimientos ciertamente expectantes, se espera con impaciencia a matadores que terminaron la temporada en buena disposición y sólidas expectativas de éxito, que junto a la arrolladora e insultante juventud de otros, pudiera darse a la sazón una temporada que hiciera resurgir a una afición hasta ahora llena de desconfianza y cansada de especulaciones y mentiras. Existe la necesidad de recobrar la confianza en un espectáculo verdadero. ¡Será posible!...

                        Fermín González – comentarista onda cero radio- Salamanca-

Saturday, January 05, 2013

EN TORNO A LA PRENSA TAURINA


 MAS DE 2 SIGLOS EN TORNO A LA PRENSA TAURINA

Repasamos un poco de la historia, y el nacimiento de la crítica taurina, así como la evolución más o menos edificante que se ha venido realizando. Hacia 1800, un tal Juan Marras, viendo como los aficionados madrileños se pierden en un mar de discusiones interminables, tiene la idea de vender a la entrada de la plaza unos estadillos con unas casillas en blanco, donde se pueden ir anotando nombres de toreros y toros, picas que toman, caballos muertos o heridos, banderillas, quites y estocadas etcétera. El invento tiene éxito y pronto es copiado también por el resto de las provincias.
Con el desarrollo del espectáculo y la popularidad que impone el matador Francisco Montes, hacia 1.851 el Enano, emite una crónica regular de toros, que dio paso a múltiples de pequeñas revistas de existencia mas o menos efímera. La lidia se mantiene de (1.882-1.901), a esta la eclipsa Sol y sombra (1.897-1917) y posteriormente entre- hablo de las mas representativas- EL Toreo (1874-1875), El Mengue-(1867) El Taurino (1892) El quiebro (1890) El Tábano (1870) El Arte Taurino en Sevilla (1892)La Pica (1887) siendo en (1858) cuando salio el 1º boletín de loterías y de toros;- luego ya mas cercano  nace el Ruedo, que esta en escena hasta los años setenta, fruto como no, de la abundante ilustración fotográfica, así como de las firmas de sus comentaristas entre los que se encontraba el bien conocido de todos Díaz Cañabate, otros fueron Fernández Salcedo- Luís Bollain, Alfonso Navalon y muchas otras plumas de escritores, novelistas, incluso artículos de escultor Benlliure. Su director más influyente fue Raimundo Fernández Cuesta.
Otras muchas publicaciones, en plan revista, se aplican a salir, pero duran muy poco, y otras como el caso que les presento el Dígame, y el  Diario Madrid en sus crónicas sociales se aprestan a difundir fotos, entrevistas, devaneos, fiestas etcétera de la época brillante y “Chic” del Madrid social y festivo, donde el recreo, la copla, los tablaos, los colmados y casinos… resplandecen hasta en el famoso NODO.
Se llega así, a que la prensa diaria quiere tener también su propia crónica taurina, dirigiéndose así a un circulo mucho mas extendido de lectores, y se orienta hacia los relatos escritos en un sentido más florido y donde como es de recibo, las plumas rivalizan en cada uno de los periódicos que hoy pueblan la piel de toro.

                   Fermín González- comentaristaonda cero radio- Salamanca-

DE LA CRITICA Y CRITICOS EN LAS BELLAS ARTES 2º


DE LA CRÍTICA Y CRITICOS EN LAS BELLAS ARTES (2º)

Por encima de todo lo escrito y debatido, en medio del incesante torbellino de los que escriben los que saben y no saben lo que escriben, de los que hacen de la critica un –Modus-Vivendi. De los que critican sin juzgar y los que juzgan criticando, de los que se guían por el sentimiento estético y no profundizan sus razonamientos; en medio de esa continua polémica de escuelas y sistemas; entre el fragor de esa reñida batalla del idealismo y “el arte por el arte”, de tratar de definir lo indefinible, la Belleza se abre paso, se manifiesta y es generalmente reconocida.
No traten de sujetarla a reglas. A la belleza se la admira, se presenta bajo diferentes aspectos, y hay que admitirla tal cual es. A veces se basa en lo repugnante, y lo repugnante resulta hermoso; se atavía con lo sangriento, y  lo sangriento embellece. Pues, bien, ante la pléyade de críticos, algunos de ellos son los que encauzan la opinión, y la ilustran, y el público se deja llevar por ellos. Estos críticos son, los que intuición estética, sin preocupaciones de escuela, desprovistos de pasión, saben juzgar con sinceridad, señalan el defecto o la belleza, allí donde existe, saben interpretar tan fielmente el sentimiento del publico que este, al leer los juicios de tales críticos, encuentra allí reflejado su pensamiento, exteriorizado sus ideas, desarrollando algo que el sentía y no sabia expresar. Y una vez otorgada, -digámoslo así-, su confianza al escritor, admite sus afirmaciones, hace suyas las opiniones de aquel, y de ahí el progreso que la verdadera critica imprime.
Todos los detalles que el publico ve uno y otro día, constituyen la parte estética de la que siempre fue Fiesta Nacional, y esa estética que se siente, quizá sin comprenderla, es lo que hace olvidar el resto, es decir lo que tiene de sangriento. Aquí como allí, y mas aquí, los malos críticos abundan, la critica taurina puede hacerse a mansalva, hasta por los más ignorantes. Tanto en las Bellas Artes, como en las corridas de toros, con las nuevas tecnologías, todo subsiste, nada se borra, y quedan los vestigios de pruebas, que tarde o temprano pueda poner en solfa a aquellos críticos. Y sin embargo, en unas y otras criticas, el público hace distingos, desdeña los escritos de unos y se apasiona por  otros, los de aquellos que saben interpretar la opinión general.
Si hay algo que pueda enseñar el toreo, ese algo es la critica; pero la critica inteligente, desapasionada, hecha a conciencia, sin que simpatías, dadivas ni rencores vengan a cohibirla; no aquella que sistemáticamente censura a los unos y ensalza a los otros; que ve siempre mal actuaciones de determinados lidiadores y excelente el de aquellos que pretende erigir en ídolos.
Anécdota- “Mi toreo lo he perfeccionado en Madrid oyendo las criticas de los inteligentes. Ellas me han enseñado a no atravesar tanto a los toros.” Francisco Montes-.

                        Fermín González comentarista onda cero radio- Salamanca-

DE LA CRITICA EN LAS BELLAS ARTES- 1º


DE LA CRITICA EN LAS BELLAS ARTES (1º)

La crítica es, o siempre fue sin género de dudas, una de las grandes palancas de la sociedad moderna. Todo está sujeto a su influjo. Ciencias, artes, literatura, política etcétera, nada se libra de su escalpelo; y como su fuerza es tanta y tan grande su poder, todos quisieran ejercerla, tengan o no condiciones de críticos, dominen o desconozcan la materia que han de tratar.
Por eso vemos constantemente sentar plaza de críticos a muchos desdichados que con su audacia y la benevolencia de tal o cual director de periódico, se lanzan a escribir a troche y moche, y así juzgan, las creaciones pictóricas sin saber que es una paleta o pincel, o jamás haber asistido a academia o visitar un museo, sin tener la base de las Bellas Artes, al igual que hablan de música sin conocer una nota, desprovistos de instintos musicales y sentimiento estético, o analizan el drama y el libro, parapetándose siempre en unas cuantas frases hechas y no pocas vulgaridades, que llevan el tedio al animo del lector.
Así es, que las opiniones sobre cualquier materia son contradictorias; los unos aplauden lo que otros censuran, para estos es sublime lo que aquellos encuentran detestable, y suele frecuentemente alcanzar la consideración de muchos el que más asiduamente trata el asunto, o con más galanura se expresa, aunque no razona sus escritos ni haga critica, intentando suplir con cantidad lo mucho que en calidad falta.
Arduo problema es el de la critica, especialmente en materias que tienden a deleitar, porque el gusto no sabe sujetarse a modelos, ni el sentimiento estético regularse, surgiendo aquí los eternos problemas entre la belleza y la estética. No es de extrañar que, pensando cada cual a su modo, la critica esté al alcance de cualquiera pues, por muy disparatada que sea su opinión, siempre encontrará quien la apadrine, y hasta vendrán reforzar textos de tal o cual critico o filosofo de cierta autoridad, cuyas teorías este de acuerdo con aquel disparate.
Creo que, si nuestro espectáculo es artístico en sumo grado, a pesar de las repugnantes escenas que allí se ven, a pesar de los nobles y bravos animales brutalmente martirizados. Hay por encima de esto cierta grandiosidad que subyuga, cierto conjunto, que cae dentro de las Bellas Artes, pues los apasionados de las mismas, han sido decididos partidarios de las corridas. Todo es artístico en nuestra Fiesta; desde la ida a la plaza, hasta la salida de ella; todo tiene tal animación, tal color, tal vida, que no hay cuadro que pueda rivalizar con el que ofrece una corrida de toros. Aquella masa de cabezas, aquella variedad de trajes, aquella alegría de rostros, aquella confusión de clases y jerarquías, el contraste del sol y la sombra, todo ofrece tal carácter, tal especialidad, que no hay nadie que sea artista y no se sienta arrastrado por tal conjunto.
Y esto, por lo que se refiere al espectador; pues cuando aparecen las cuadrillas, se suelta el toro y empieza el espectáculo, entonces la estética, subiendo de punto, borra de cuanto hay de bárbaro en la lidia; que no es poco. La gallardía del toro, la belleza de su estampa, la agilidad de sus movimientos, la grandiosidad y gracia de líneas que dibujan su figura, le hacen ser el Rey de los animales. Solo el toro no llega a viejo. Solo el muere en la plenitud de su fuerza, luchando hasta el ultimo minuto, siempre ágil, siempre temido.

                        Fermín González, comentarista  onda cero radio- Salamanca-.