Thursday, July 15, 2010

CORRIDAS BENEFICAS

CORRIDAS BENEFICAS
En todo tiempo, pero de manera especial durante el otoño y el invierno, se torean muchos festivales benéficos. Constituyen una generosa aportación de los toreros, para remediar calamidades de cualquier tipo que sean. Antaño; a cambio de estas aportaciones surgían las demandas de condecoraciones, para unos y para otros. Las Cruces de Beneficencia se ostentaban en numerosos pechos de los toreros -.Todos podemos comprobar como, al repasar la biografía de muchos de ellos, que se encuentran en posesión de la significativa condecoración -. Aquello era recibido con gran alegría, puesto que significaba una prueba palmaria del general desinterés de los toreros, tantas veces acusados de ambiciosos, peseteros e insensibles. Eran las casas benefactoras, amigos incondicionales, alcaldes y peñas taurinas, las que no se cansaban de solicitarlas.
Muchos serán aún los aficionados que recuerden aquellos festivales, en los que intervenían las figuras más rutilantes del escalafón en el que bien podemos incluir el tradicional festival salmantino de las Hermanitas de los pobres, pero dentro de la iberia taurina era por entonces, multitudinarios los festivales benéficos que se celebraban. Cuestiones como desgracias por terremotos, el barco hundido, la cruz roja, el montepío de toreros, diputaciones provinciales, hospitales, toreros retirados o caídos en desgracia etcétera, etcétera. Lo cierto, es que tal y como ocurre hoy, yo no se hasta que punto era la gratuidad con la que contribuían los toreros, pero según se cuenta por los revisteros parece ser que muchos toreros fueron pioneros en esta gratuidad, y contribuían generosamente cediendo sus honorarios, y en alta estima a este respecto se le tiene reconocido a Antonio Bienvenida entre otros. Es indudable, que las cosas han cambiado una barbaridad, los tiempos son otros, y las necesidades acuciantes, miseriosas y desprotegidas afortunadamente han desaparecido. Pero cuando a día de hoy, asoma algún festival, para alguna noble causa, me da la impresión, que no son pocos, los que recurren a aquella frase famosa,- creo que fue Guerrita –“mi caridad la administro yo”.Y que tal desprendimiento, altruista y generoso, deja mucho que desear, y aquellos gestos semejantes no abundan, aunque, cierto es que algunos toreros si se han prodigado en los llamados festejos Benéficos. Ahora deberíamos saber, todos aquellos que fueron sin percibir honorario alguno. Lo digo, con el fin de que se lo reconozcan con la Cruz de Beneficencia. Como debe ser…
Fermín González comentarista onda cero radio Salamanca-

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