REFLEJOS DEL ARTE TAURINO
En los tiempos antiguos, hasta hoy, principalmente desde Goya, es cuando toreros, lances o corridas de toros adquieren relevancia en la vida española, los artistas sintieron el afán de retratar a los ídolos de los ruedos. Pintores muchos que, incluso no eran especialistas en el tema, gustaron de llevar a sus lienzos, la efigie bien conocida de los toreros de moda. Tal es el caso de Zuloaga, Vázquez Díaz o Romero de Torres, entre otros. Algunas veces, cuando no era el torero célebre, era el anonimo, el desconocido, la representación genuina de una raza que sirviera de pretexto para plasmar los perfiles de un personaje accidental con fuerza propia para su expresión y colorido en la plástica. La fiesta brava, ha servido para motivo y origen de grandes obras de arte.
Se buscaron los toros, unas veces por la riqueza de su colorido, otras por los fuertes contrastes en la diversidad de tonos, otras por los efectos relumbrantes de la luz y, también por esa intima ligazón con las más devotas aficiones del pueblo, que marca la tónica de una pintura, que es a veces drama y otras, sainete. Verdad es; que ningún espectáculo popular o de multitudes, se ofreció al arte con más posibílidades, abundancia de temas y manifestaciones pictóricas. Por las cuales servidor siente cierta debilidad...
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