Tuesday, August 26, 2025

CARTA DESDE UN CIELO TAURINO

 

CARTAS DESDE UN CIELO TAURINO


Acabo de ver en la tele " La Isla de los Faisanes ", una hermosa película. Y, por azares de las dos neuronas que me quedan, os recordé, a Fermín y a Agustín Hervás; y recordé la carta que me envió hace muchos años José Mata. Creo que alguna vez os la hice llegar. Ahora os la remito por si queréis hacerla pública en vuestro blog. Está medianamente actualizada por el propio José Mata

Besos y recuerdos de vuestro amigo (DOMINGO BEJARANO)

CARTA DE JOSE MATA, TORERO CANARIO DE LA HISTORIA, DESDE OTRO MUNDO

Cincuenta y cuatro años se han cumplido, en este 2025, desde aquella triste tarde de Julio, en Villanueva de los Infantes, en la que "Cascabel", negro bragado, de la ganadería de Luis Frías, me rompió la femoral y me arrancó el alma, para siempre.

     25 de Julio de 1971: ese pueblo manchego inauguraba su plaza de toros. Yo no estaba anunciado en los carteles, pero, ¡azares del destino!, "Calero" no pudo cumplir su compromiso y alguien se acordó de mí: de José Mata, el único torero canario que la historia recuerda, canario de Garafía, de la isla de la Palma.

          Pese a tener un festival comprometido para ese mismo día, no podía negarme, por supuesto: casi seis años de alternativa y, únicamente un puñado de corridas eran razones más que suficientes como para decir adiós a toda duda.

          Y allí estaba la muerte, sigilosa, agazapada, escondida en la tenebrosa embestida de aquel toro.  1971: cincuenta y cuatro años han pasado desde entonces y poca gente rendirá hoy recuerdo a mi memoria. Es lógico, por otra parte. Todos sabemos, o aprendemos, que, en la vida, y en la muerte, son, casi siempre, más importantes los nombres que los hombres.

          Cincuenta y cuatro años han pasado desde entonces, y, a veces, me parece que pocas cosas han cambiado.

          Recuerdo que aquel año Francia prohibía la entrada de emigrantes africanos, hacinados en Irún, y se hablaba de que muchos morían ahogados en el Bidasoa intentando eludir los pasos fronterizos. Os recomiendo un film de este año 2025: “La Isla de los Faisanes “de Asier Urbieta.

          Hoy, en 2025, las pateras, con sus hijos y sus nietos, naufragan más abajo, en el Estrecho, y, como canta Pablo Guerrero, "sólo el mar sabe sus nombres".

          En 1971 decenas de miles de personas morían de cólera en la India. Hoy, en 2025, sus hijos y sus nietos mueren de la misma pobreza, vestida esta vez de SIDA, COVID y terremotos, o de terrorismo de estado sionista en la franja de Gaza.

          Tampoco creo que en lo que llaman tauromaquia las cosas hayan cambiado tanto. Hace ya muchos años que Manuel Benítez "El Cordobés" anunció su definitivo adiós a los ruedos. El ya no mandaba, como entonces, pero sigue hoy la tauromaquia abandonada a su propia suerte, tal y como yo la dejé al irme y sigue la afición más exigente arrinconada, con la corrupción y el fraude presentes, oficiando en cada Plaza, a las mismas cinco de la tarde.

          Manuel Benítez me dio la alternativa. Y recuerdo que días antes de mi muerte, se celebró en Jaén la que llamaron "corrida mundial". televisada en directo a doscientos millones de personas. Mi padrino "El Cordobés", "el Viti", y José Fuentes lidiaron, ese día, becerritos de Carlos Núñez, para vergüenza de la verdadera afición arrinconada.

          Sólo en iluminación de la Plaza gastaron cinco millones de pesetas: cinco millones de los de entonces. Días después, pocos días después, "Cascabel" me rompía la femoral en Villanueva de los Infantes y en aquella enfermería únicamente había medios para hacerme un torniquete y una transfusión de sangre.

          Después, cuando la ambulancia me llevaba, alguien preguntó a Alfonso Rodríguez "El Moro", mi picador, uno de los mejores picadores que la historia ha dado, que brindaba como torero antiguo sus puyazos, alguien le preguntó que quién iba a pagar todo ese gasto.

      Lo he sabido después, pero Alfonso, a quien yo dije después de la cogida: "esto se acaba, Moro", Alfonso lloraba golpeando la pared con la cabeza, vencido y derrotado por una impotencia desastrosa e infinita.

         Después con la ambulancia a Valdepeñas, dónde nadie quiso operarme, y después a Madrid, al Sanatorio de Toreros, con la "Dama de la mano fría" siguiendo mis pasos, sigilosa, para llevarme con ella dos días más tarde.

          Veo a Julio Robles, a Juan Belmonte a Yiyo y a Alfonso Navalón y Joaquín Vidal por aquí. Les abrazaré en vuestro nombre y les diré que les echareis de menos para siempre.

Cincuenta y cuatro años se han cumplido, en este 2025, desde aquella triste tarde de Julio, en Villanueva de los Infantes, en la que "Cascabel", negro bragado, de la ganadería de Luis Frías, me rompió la femoral y me arrancó el alma, para siempre.

Texto y opinión del escrito: Domingo Bejarano:


0 Comments:

Post a Comment

<< Home