Monday, October 19, 2009

LA PENULTIMA
Cuando comencé a abrir los ojos a este hermoso espectáculo, siempre se sabía cual era el comienzo de la temporada; pero sobre todo, se tenía en cuenta cuando terminaba esta: La temporada taurina terminaba con las fiestas del Pilar. En Zaragoza. Era, esa ultima feria donde se daba el “cerrojazo” y, los toreros ya tenían los billetes para cruzar el charco e irse a tierras americanas.
Se ha podido ir comprobando a lo largo de los años, que ya no ocurre exactamente igual, y ahora la temporada no suele tener final y son muchas las ocasiones que se presencian corridas en los meses de Noviembre y Diciembre. A medida que transcurre el tiempo, el ultimo festejo del año ha ido anunciándose en muchas localidades de España, sin que concretamente se pueda decir en estos tiempos si la temporada ha finalizado o por el contrario habrá toros un domingo cualquiera en cualquier plaza por ahí, y esto no me parece serio, al aficionado se le esta empachando de toros, el aficionado de hoy, ya no ve terminada la temporada, el aficionado necesita de otras actividades, fuera de lo puramente taurino, aunque acuda esporádicamente a foros taurinos, coloquios exposiciones etcétera, como continuación de su afición. El aficionado también se “atora” al igual que le ocurre a muchos toreros y llega un momento en el cual no llega a distinguir y evaluar, intoxicado por ese maratoniano tour sin final de carrera. En mi opinión la temporada debe tener un punto y aparte y comenzar la misma descansados, con fuerza, buena visión, documentación, información y criterio. A no ser, que se pretenda agotarlos y cansarlos. Lo que me temo esta ocurriendo, esta opinión es discutible, y seguro que habrá aficionados, que pretenden que esto no termine nunca, pero considero que el aficionado cabal compartirá conmigo que hay otras formas de estar y sentir la fiebre taurina, y además se deben atender sobre todo las faenas camperas muy numerosas sobre todo en estas tierras, donde el herradero, la tienta y los saneamientos son labores que dan lugar al esparcimiento, a la comunicación y al análisis de una temporada larga, en la cual se ha de tomar nota de cómo se ha desarrollado y cuales han sido los resultados de la cabaña brava, con el fin de corregir aquello que no dio el resultado que se esperaba. Ahora en otoño y llegando el invierno, debe ser el tiempo para la reflexión, para oxigenar, para respirar y descansar, es ese paréntesis del que siempre disfruto el aficionado taurino. No obstante, para muchos toreros españoles, seguirá el trajín de idas y venidas americanas, tal como siempre ocurrió, pero hemos de reconocer que en toda función ha de subirse y también bajarse el telón.

Fermín González comentarista – onda cero radio Salamanca-

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