Tuesday, April 27, 2010

¡LO QUE DAN LOS TOROS!

El toro, es el único que puede convertir un hecho banal en dramático: la iniciativa del hombre tiende a incrementar su intensidad, lo cual tiene su explicación. Se expone cuando se torea, y aún más en momentos cruciales; tal y como ocurrió con Juli en la recién terminada feria sevillana, en la que también se ha unido un torero, que no quiere perder el tren y tampoco el sitio el reconocimiento y los contratos como es Manzanares ambos han sido el arte, la constancia la gallardía y el poderío de esta feria Abrileña donde el ganado dejo mucho que desear y donde algunos ganaderos se deben plantear si deben seguir criando toros o bien especimenes flojos, descastados e inválidos. No se me olvida destacar, el toro de Morante, la faena de Soto y la pelea de los miuras, el resto olvídenlo pronto, antes de que tengan pesadillas. Porque ver algunos toreros andar por la Maestranza o “correr”, y otros donde la apatía, la galbana, el destoreo, la falta de animo y entrega, ha sido el mayor desencanto y aburrimiento Maestrante, con ello ver derrumbarse al ganado, o ver salir por toriles, esos animales que meses atrás dicen que los veedores han señalado en las fincas, ha sido una verdadera fanfarria, añádanle los reiterativos pasajes televisivos, de los comentaristas, donde ni un solo día se hablo de las defensas de los toros, ni de su manifiesta invalidez, y habremos finiquitado una feria fofa, descolorida, aburrida, paragüera y lunática. Ahí…. Maestranza de mis entretelas… quien te ha visto… y quien te ve.. Gracias Juli…

El torero tenia razones sobradas en dicha feria, para no suplantar con temeridad, el valor consciente y el saber. Más todavía; el torero tenia que decirle a Sevilla y a su afición que, es “alguien” en esto, que quería su confianza y su reconocimiento. Y esto fueron argumentos sobrados, para que, ese riesgo tantas veces calculado en muchas otras plazas, quedara al margen, para adentrarse en el gesto, el rigor del combate, en la tensión, en regular a voluntad el paso del tiempo y en definitiva emocionar. Juli lo sabia, y sabia también, que, con tal disposición no se le iba a escapar el triunfo, porque tampoco se le escapa al buen aficionado que se encuentra entre él publico y que no se deja burlar por otras demostraciones que, no fueran expresar el arte, la gallardía y el dominio de si mismo. Juli es listo, sabe que Sevilla “duele”, aunque su afición y publico no es el dificil, caprichoso, variable, intransigente y distinto muchas tardes de Madrid. Pero busco el triunfo, jugo en el sitio y terreno de la cornada, tal como termina de ocurrir al de Galapagar. Grave y lamentable lo ocurrido pero… La cornada imprevisible, es el tirbuto, el pago al contado con sangre propia. La cornada más o menos grave, es de nuevo el punto de partida de la verdadera carrera. Y cuando se van recobrando las fuerzas y cicatrizan las carnes desgajadas, el torero medita sobre las causas de la cornada. Y de nuevo en la plaza, él publico comprobara cuanto le ha dolido anímicamente y, si el valor no se le fue por el agujero del plasma. Esperemos que en este caso no…

Fermín González. Comentarista onda cero radio- Salamanca

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