Wednesday, November 17, 2010

RETIRADA DE AFICION

RETIRADA DE AFICIÓN
Los aficionados, siempre han sido minoritarios y exigentes, incluso, intransigentes y han tenido siempre en su punto de mira, el comportamiento del toro, para a continuación emitir un mejor juicio sobre la labor del torero. Un aficionado, ve la corrida con añeja perspectiva histórica, y se ciñe y fija su atención en objetivos, que manifiestan el sabor de la verdad, el riesgo, la técnica y la pureza. Pero desgraciadamente esta ocurriendo en las plazas de toros, que, este aficionado cabal y de conocimientos taurinos bien cimentados. [Esta en retirada]. Hoy el núcleo más importante de publico, lo constituyen espectadores con escasos conocimientos de tauromaquia, por una razón o por otra se ven atraídos por ese señuelo popular de la Feria, incluso, para muchos es un hecho puntual, asiste con la posibilidad de ver a ese protagonista, que tantas veces le llama su atención en las revistas del corazón, programas de cotilleo televisivo etcétera. Y estos no entienden a los defensores del toro, y al toreo de verdad. Estos, cada uno en función de su ignorancia, lo aplauden todo, pinchazos, monteras boca abajo, y hasta el camión de riego, o sea, sensaciones propias de las charlotadas. Entre las cosas que uno no acierta a comprender cuando se sienta en el tendido, son los irrefrenables deseos que tiene estos públicos feriales, de hacerse oír en la plaza sobre todo, cuando el vocero de turno se empeña en que suene la música, aunque en el ruedo se este dando una exhibición del toreo más vulgar que se pueda concebir. ¡Música….! pedirá a gritos, para ser posible estos se oigan, no ya dentro de la plaza, sino fuera de la misma. Pero no es lo peor; lo peor es que, el “maestro” de la banda, le hace caso y ataca un pasodoble, ante la demanda solicitada por el desgañitado vocero. Cuando estas cosas pasan en las plazas de los pueblos, uno puede sonrojarse. Pero cuando la cosa ocurre en plazas de cierta relevancia, (La Glorieta sin ir más lejos)
te puedes morir de vergüenza La música, donde se hace oír siempre, ha sido para acompañar y amenizar las grandes faenas, pero nunca debe sonar, para el torero de diluido valor, de comportamiento mediocre, toreando de “aquella manera”-. Claro que muchas tardes de toros, uno debería integrarse entre aplaudidores y voceros, al menos así disimularíamos el “tostón” a que se nos somete en más de una ocasión -.
Fermín González comentarista onda cero radio – Salamanca-

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