Saturday, October 23, 2010

REFLEXIONES II CONGRESO PRESIDENTES

Como bien se puede entender, en las mesas redondas que se establecen en cualquier foro, hay quien cargado de su razón y buenas intenciones trata con suave elocuencia pasar de los puntos en conflicto con el fin de no soliviantar a la concurrencia. Pero, cuando hay problemas, cuando el debate a gestionar esta en el candelero de todos los medios, cuando los concurrentes a estos foros aficionados de toda índole, quieren saber como, el porque o cuales son las razones y los argumentos que se suscriben, para poder identificarse con ellos ante la confusión reinante. ¡Entonces!, no sirve andarse por las ramas; y, hay que pasar al tema esperado y esencial, con firmeza y decisión, aun con el riesgo de errar en la acción.

Esta fue en buena medida mi forma de proceder en cuanto mi turno me lo permitió, en este congreso de presidentes de plazas-- Luego de ese giro brusco-- vino a darme la razón, por los demás ponentes, y además lo esperaban los asistentes por lo tanto dije:

Hablemos del Estado de la Fiesta. No quisiera pecar de pesimista, al salir al paso de tantas catastróficas amenazas que se ciernen sobre la fiesta, aunque sean justas y legítimas las no pocas lamentaciones que se producen. ¡No por ello hay que creer que estamos ante una desaparición inminente! Podemos decir, que la fiesta de los toros ahora mismo, pasa con toda evidencia por un bache importante, trascendental y peligroso. La fiesta… (“señores”) no escapa a este desasosiego social, económico y de incertidumbre que vive el País. Pero tengan en cuenta que; periodos tan indecisos y tan de crisis como el que atravesamos hubo muchos, como registra la historia, de becerros, de golpes, de arreglos y de otros males se hablo siempre; de imposiciones y exigencias de apoderados, diestros, ganaderos y empresarios.- ¡no digamos!... De la carestía del espectáculo se hablo de forma permanente… No cabe duda de que debemos de estar atentos ante acontecimientos de otro orden- tal como venimos asistiendo-pudieran dar con ella al traste, y es lo que debemos evitar. La fiesta taurina, debe estar por encima de grupitos, conciabulos, testaferros y mediocres, que contaminan con su mezquino interés, este, ¡mas que un espectáculo!... cuajado de historia, cultura y drama. Es sin embargo, necesario y hasta fundamental mantener una actitud crítica hacia quienes de una u otra forma componen la fiesta. Exigir con libertad, seriedad, verdad y rigor, como formas de salvaguardar a una a afición que comienza a mostrarse con indeferencia bien patente, y tiene sobradas razones para su flojera y desidia. Pero tampoco es cosa de añorar el ayer y abominar lo de hoy. El hoy esta mal, pero el ayer no estaba bien…

2º -Reflexiones del estado de la Fiesta. Dicho lo anterior, y ante la “Cruzada” que se esta desarrollando entre estamentos políticos, toreros, intelectuales, críticos, foros y peñas, junto a los abanderamientos de las calles… preguntémonos- ¿El estado de la fiesta es responsabilidad de todos? ¿De unos más que de otros? ¿Qué es realmente lo que tenemos que defender? ¿Por qué nunca ha reaccionado, terminando, desechando, y curando su propia enfermedad interna? Creo sinceramente que a la fiesta le faltan estructuras, seria consistentes, que atesoren potestades de buena imagen, como lo tienen otros espectáculos, mejor valorados por las administraciones. La administración siempre se acerco a la Fiesta para machacarla a impuestos, sabiendo de su poca fortaleza en su organización, de su falta de encuentro negociador y vagas formas de sanear desde dentro a los manipuladores.

La Fiesta por alguna de estas y otras razones, nunca se ha cargado de credibilidad, de potencialidad, de razón, con el fin de ganar crédito cara al exterior y determinar con firmeza, responsabilidad y disciplina cuales son las aportaciones que esgrime y aporta este espectáculo al conjunto de los españoles, de los más o menos aficionados, de cuantos viven del mismo, y cual es su aspecto social y económico en todos los ámbitos que circulan en torno a la crianza del toro,-¡ y muchos son los sectores intervinientes desde que el toro nace en la dehesa hasta que muere en la plaza-¡. Y, todos y cada uno de ellos siempre han estado bajo la deriva de la sospecha, la especulación y el fraude, lo que equivale a la perdida de imagen.

La Fiesta – a mi modo de ver- necesita un reglamento único, eficaz, serio que se cumpla sin exageraciones, que no oprima, ni ponga corsé al sentido común- una restructuración limpia y potente tanto dentro como fuera, en la que se impliquen, firmen y cumplan todos los sectores que convergen en la fiesta. Y ser capaces de poner en marcha ese estamento una autentica Federación Taurina Española- (o como quiera llamarse). Con su normativa, régimen disciplinario y sancionador, y con un seguimiento justo, razonado, explicado y puesto con responsabilidad y la fuerza de cualquier estamento cultural, histórico y representativo en el mundo… (Bien, compañeros mas o menos así fue la cosa)… ahora veremos ante las dificultades, que se van a presentar- en uno u otro Ministerio, sin olvidar las Comunidades Autónomas- y sus reglamentos- estaremos atentos a cuantas novedades y descalabros acontezcan. Pero es claro que: Algunas veces algo hay que hacer, para que todo siga igual.

Fermín González – comentarista onda cero radio Salamanca-

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