BASTONITO II: TREINTA AÑOS DESPUÉS
AL HILO DE LAS TABLAS
“BASTONITO”II- TREINTA AÑOS DESPUÉS
Los toreros, se pasan
media vida o, la vida entera soñando con un “faenón” a un toro ideal, en una
plaza importante. Los sueños, son bonitos, esa es la verdad, pero esconden
defectos y carencias y, por lo general esconden faenas imposibles. Debe ser
terrible esperar años ese toro, en esa plaza que uno quiere y, que la dichosa
realidad te convierta en un torero vulgar, que deje escapar la oportunidad de
su vida, aún más, cuando ese sueño de expectación se vuelve en profunda
decepción. El asunto debe ser para “ponerse al tren”.
La recién terminada feria isidril en la Ventas madrileña,
por cierto, con una respuesta de público superior, sin embargo, no ha sido la
misma en cuanto a los de “coleta”,
donde algunos se han afligido, y otros tantos no han pasado de la vulgaridad, y
además los han despachado con un numero de avisos,
desproporcionado, que, si los padres de la tauromaquia y algunos de sus
herederos se vistieran de nuevo de luces, no entenderían tanta calamidad cansina.
Sin ir más lejos, y si no recuerdo mal, el
Viti se retiró con dos y Paco Camino
ninguno, por ejemplo. Y algún torero tardaba una semana en salir a la calle,
tras sufrir dicho lance, y cuando era abroncado tardaba un mes, en presentarse
ante el público. Cierto que eran otros tiempos, otros los toros y otros los
toreros.
En cuanto al toro, tampoco ha sido un alarde de bravura y
casta- (algunas ganaderías de seguir así, la terminarán perdiendo para siempre)
pero una docena de animales, nos hizo sentir que aun queda sangre brava y que
el toro llamado de lidia, puede emocionar a los aficionados.
Entre ellos ha estado un nuevo “Bastonito” de Baltasar Iván, que posiblemente sea de la reata y familia de aquel
otro, “Bastonito” que alla por la
feria del 1994, le tocó en suerte a Cesar
Rincón, en pelea llena de verdad y emoción. Aquel animal peso 501 kilos, y
estuvo en un tris de no salir a la plaza, fue además protestado de salida. Y;
en eso se quedo tras el sorteo- sale, pero si se protesta se devuelve- pero el
toro de buenas hechuras, aun terciado aguanto y tras su paso por el caballo,
donde no dejo de pelear, embestir y empujar, el público tomo partido por el
toro al tomar dos largas varas sin cabecear, fijo y bajo el estribo, no corrigió
nunca el sitio, tardaron en sacarlo del peto le pegaron sin que el castigo
doblegara su casta. Sobre la bravura de aquel, hubo todo un curso de opiniones,
que también comentaría El Capea, muy
acertadamente dijo: – No era una peligrosa bravura ofensiva, sino una mortal
bravura defensiva. El toro tuvo más violencia que entrega.
La respuesta de Rincón resulto soberbia, la entrega
absoluta, del que sabe donde se mete, y la gallardía, del que a pesar de como
bullía la plaza, se fue por el toro con decisión, y mediante cites cruzados y conduciendo la embestida,
con la mano baja embarcando y alargando la embestida, trenzo una apuesta, en la
que siempre medio la cornada, pero que termino a base de lidiar y torear, logro
el colombiano, la más genuina de las emociones, que se ha venido recordando en
los últimos tiempos, La postrera serie por naturales, fue el tiempo en que el
toro se templó, en clara demostración de poderío, por dos veces “Bastonito” logro coger y zarandear al
torero, la segunda, entre la épica y la tragedia con la espada clavada en la
cruz rodando toro y torero, ahí la belleza se fundieron, dando gloria es esta
Fiesta.
Pues este Isidro de nuevo volvió - como digo-a las Ventas, después de treinta años otro “Bastonito”, pariente de aquel, no fue protestado pues, al contrario, este peso 592 kilos, y también ha sido muy ponderado, y elegido en algunos foros taurinos, como un animal de sobresaliente presencia, bravura, casta nobleza y movilidad, que demostró en los tres tercios. Sin embargo, su matador Francisco de Manuel, se perdió en un mar de confusiones, quiso hacerle el toreo, pero no encontró los resortes, que el toro merecía, no logro llegar a un público, que había visto en el animal una embestida pronta y vibrante que inspiraba a practicar un toreo con verdad, de entrega y disposición, es decir aplicarle tauromaquia. No consiguió de Manuel esta conexión, y este “bastonito” murió sin la gloria de su antepasado, pero con el reconocimiento de los aficionados cabales y entendidos que aun siguen en esta plaza. Y a buen seguro que la plaza venteña ha tomado nota, y no se extrañe Francisco de Manuel, que este toro le va hacer mucho daño… al tiempo.
Fermín
González salamancartvaldia.es blog taurinerías
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