CITAR
AL
HILO DE LAS TABLAS
CITAR
El pico de la muleta es una de las trampas que se
han “legalizado” y ahora se admite como si formara parte de la técnica. Antes
se protestaba mucho en todas las plazas. En Madrid a José Fuentes le hicieron
cortar toda la punta de la muleta pero como la seguía componiendo atravesada al
citar siguieron protestando por el pico. El público y los cronistas vendidos
tragaron definitivamente con este fraude
que además de citar con el pico adelantado, retrasaba la pierna que
debería adelantar. Quedan muy pocos aficionados que saben en qué consiste esa
trampa y las ventajas que da al torero ¡destoreando! con todo a su favor. Si al
frente de los principales medios de difusión hubiera cronistas entendidos la
trampa del pico se acabaría en poco tiempo. -Ahora ya casi nadie protesta por el abuso del pico-. Esta
entradilla en cursiva, no es mia,
aunque la suscribo totalmente. Es de una reseña de Alfonso Navalon, que
independientemente de otras ”consideraciones”. Del toro, sabia cantidad.
-Cargar la
suerte, es quebrar el viaje del toro en su embestida: Es ese juego de
gravitación del cuerpo sobre una pierna que consigue alargar el pase, le dará
hondura y quedara colocado el burel en el lugar conveniente, para solo con un
giro de pies, realizar el nuevo cite sin rectificación de terrenos.
En el toreo de perfil que hoy se
practica, hurtando el cuerpo al riesgo de los pitones, ciertamente que no se
precisa cargar la suerte. el lance esta privado de uno o dos de sus tiempos, y
la figura del matador fuera de peligro desde que el toro acude al cite, tanto
más escaso el riesgo, cuanto menos distancia exista entre toro y torero, ya
que, situado este junto a la pala de los pitones, al acercarse se mueve
paralelamente a ellos aproximándose a las orejas, y el toro hasta ahora, no
hiere con ellas. El pase en que así se citó, podrá ser una monería, pero
francamente, ni es pase, ni es nada.
Cuando se torea de verdad, las cosas
suceden de muy distinta manera, se puede citar de frente o con el cuerpo
terciado, y el diestro se cruza con el toro, que es pisar el terreno de la
verdad, y en su rectitud del terreno que trae como suyo quiebra o curva su
viaje al cargar la suerte, siendo posible salir del lance. Esto implica riesgo,
riesgo que excepcionalmente algunos asumen. son los toreros distintos, dotados
de mando y temple. Parar no es simplemente estarse quieto a la hora de citar y
buscar el rabo del toro, mejorando terreno. Parar supone no rectificar el
terreno en ninguno de de esos tres momentos – cite, conjunción y remate – que
componen un lance completo. Es más aún: continuar la serie de pases ligados que
integran una faena o parte de ella sin hacer concesión del propio terreno. Con
el movimiento que realice el torero después del cite para cargar la suerte no
atenta a su quietud, porque tal acto no supone rectificación de terreno con
perdida del propio; antes bien, se gana el ajeno.
Si esto, es cuestión que, deberia ser
bien conocida por la afición y la critica - cosa que empiezo a dudar – (no
solamente de los primeros, sino que leyendo alguna reseñas, debo lamentar, la
falta de conocimiento, de no pocos comentaristas). La verdad, es que no se
comprende, como es olvidado y se aplauden, y se ensalzan el amaneramiento, la
apariencia y otras falsas premisas.
Fermín González- salamancartvaldia.es blog taurinerías
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