EL ESPORTON
TIENTA
En prácticamente todas las ganaderías de bravo, han comenzado herraderos y tientas, esas labores primitivas, que como bien saben consisten en primer lugar, grabar con hierro y fuego números y marca de la casa que, distinguirá al animal mientras viva. Hembras y machos tendrán nombre en un bautismo de dolor imprescindible.
La tienta es la prueba o ensayo, a la que anualmente se somete a las vacas jóvenes, para poder juzgar, casta, nobleza, resistencia o mansedumbre etcétera, con el fin de destinarlas a la reproducción. Del test de selección que haga el ganadero, salen los productos que años después veremos en las plazas -. ¡Y, esa es la cuestión!. Porqué según que ganaderos, su forma y criterios de entender el proceso de selección, sus exigencias, sus asesores, sus caprichos incluso, su tozudez u otros intereses, pueden llevarle a dejar en su finca, lo menos granado e interesante que esa seleccionada vaca puede parir.- Tengo entendido, que años atrás, se enviaban al matadero hasta el 60% de animales probados; hoy no se consiente sacrificar más del 10%. ¿Qué ocurre?, Pues que vale casi todo, y que un gran porcentaje (salvo excepciones, que las hay) se selecciona y se escoge al revés. La vaca que repite, tiene picante, esta encastada y aprieta, se va al matadero. Porque hoy la vaca debe hacer otras cosas, ha de ser suave, dulce, buena para el torero, con poca fiereza y genio, para que sus días no estén contados, sobre todo si en la ganadería, tienta la figura de turno.
-Para muchos estaré equivocado, al exponer tales argumentos; y es posible que así sea -. Pero, puede decirme alguien. ¿Quién ha hecho los toros que hoy se lidian? ¿Quién ha parido al toro sin movilidad, sin resuello, domesticado, descastado, triste y sin emoción?. No pocos ganaderos han advertido de este peligro, será dificil retornar a los orígenes más puros. Otros seguirán pasando por el rodillo abusivo para satisfacer intereses comerciales de “taurinos” y virtuosas figuras, que quieren hacer o han hecho ya, una fiesta a su antojo.-
Fermín González.-
TIENTA
En prácticamente todas las ganaderías de bravo, han comenzado herraderos y tientas, esas labores primitivas, que como bien saben consisten en primer lugar, grabar con hierro y fuego números y marca de la casa que, distinguirá al animal mientras viva. Hembras y machos tendrán nombre en un bautismo de dolor imprescindible.
La tienta es la prueba o ensayo, a la que anualmente se somete a las vacas jóvenes, para poder juzgar, casta, nobleza, resistencia o mansedumbre etcétera, con el fin de destinarlas a la reproducción. Del test de selección que haga el ganadero, salen los productos que años después veremos en las plazas -. ¡Y, esa es la cuestión!. Porqué según que ganaderos, su forma y criterios de entender el proceso de selección, sus exigencias, sus asesores, sus caprichos incluso, su tozudez u otros intereses, pueden llevarle a dejar en su finca, lo menos granado e interesante que esa seleccionada vaca puede parir.- Tengo entendido, que años atrás, se enviaban al matadero hasta el 60% de animales probados; hoy no se consiente sacrificar más del 10%. ¿Qué ocurre?, Pues que vale casi todo, y que un gran porcentaje (salvo excepciones, que las hay) se selecciona y se escoge al revés. La vaca que repite, tiene picante, esta encastada y aprieta, se va al matadero. Porque hoy la vaca debe hacer otras cosas, ha de ser suave, dulce, buena para el torero, con poca fiereza y genio, para que sus días no estén contados, sobre todo si en la ganadería, tienta la figura de turno.
-Para muchos estaré equivocado, al exponer tales argumentos; y es posible que así sea -. Pero, puede decirme alguien. ¿Quién ha hecho los toros que hoy se lidian? ¿Quién ha parido al toro sin movilidad, sin resuello, domesticado, descastado, triste y sin emoción?. No pocos ganaderos han advertido de este peligro, será dificil retornar a los orígenes más puros. Otros seguirán pasando por el rodillo abusivo para satisfacer intereses comerciales de “taurinos” y virtuosas figuras, que quieren hacer o han hecho ya, una fiesta a su antojo.-
Fermín González.-
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