Wednesday, September 09, 2009

FERIA DE SALAMANCA- 2009-

El primer acontecimiento que abría esta feria sucedió ayer en la Glorieta, con el ya tradicional desenjaule, que ocupo tres cuartos del aforo, se desencajonaron cuatro hierros lo hizo primero el de Juan Pedro Domeq que volvía a esta plaza después de once años, y presento una corrida al uso, es decir parejita, cómoda escasa de todo, terciadita y anovillada. Apareció después el encierro de la Campana- corrida más cuajada, toro reunido, muy pareja, bien rematada y armónico, fue la que llego más al publico y muy aplaudida, en mi opinión – como mínimo eso es lo que debería aparecer en esta plaza- luego puede estar fofa de casta y fuerza, pero en cuanto a presentación, debería ser el mínimo requerido, luego la corrida de Marca, que no dijo nada a nadie en el limite de presentación algunos anovillados, nadie le hizo caso a este hierro, y me temo que tampoco al cartel. Finalizo la novillada cambiada a última hora por una de Montalvo, muy desigual de presentación y un tanto destartalada, que no gusto nada a la concurrencia. Eso fue todo en cuanto a los cornudos.
Después con tres erales de Pericalvo, chicos y nobles, torearon los más aventajados chicos de la escuela taurina de Salamanca, muy animoso y decidido Ángel Bravo, que toreo con el capote desde la lejanía, que con la muleta se mostró entregado y construyo una faena con buen gusto, jugando la cintura, bien asentado y de trazo largo, falta eso si, el sosiego, elegir los terrenos, etc., pero Ángel torero ya muy hecho, que tiene que mirar ya; otros horizontes mato bien de entera y corto dos orejas que le supieron a gloria. El caso Francisco Javier Sánchez, es un tanto atípico, pues siempre mantuvo un gusto exquisito, buena técnica y hechuras, que deberían haber ido en progresión con la madurez, sin embargo no ha sido así, y así hay que decirlo, pues a todo ese buen argumento inicial, le falta el ingrediente de la consistencia, del valor, de reunirse con el animal, de torear excesivamente despegado, y a la postre esa garra novilleril, sin trucos y a la defensiva toreo mezclando lo bueno y lo menos bueno muy bien de capa y como digo altibajos en la muleta mato de media y oreja. Finalmente Héctor Roberto un fino novillero, lucio bien a la verónica tras una larga de rodillas, y un quite por delantales, y gusto mucho con la muleta, por la razón de que fue de los tres el más variado, intento y saboreo cosas con exquisito gusto, marco perfectamente los tiempos y tiene el crédito del buen concepto que tiene del toreo. Al cual le sobran las posturas, desplantes y otras monerías… estos y otros muchos confunden, lo fingido y adulterado… con la bizarría, y el descaro alegre de la torería andante…


Fermín González – comentarista onda cero radio Salmanca-

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