EXCLUSIVAS
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No
escapa es espectáculo de los toros, de la convulsión social, que también en
otro orden de cosas vive este país llamado España. Seria absurdo no reconocer
que, hasta ahora, ha primado la cantidad sobre la calidad, y que en muchos
abonos de ferias, las tardes han sido soporíferas, espesas y vomitivas. El
descaste y la falta de selección, en bravo, raza y codicia de las ganaderías, la maratoniana suma de
festejos, la falta de autoridad en el cumplimiento de lo estatuido, así como la
falta de exigencia de un publico conformista, hacen que el fraude, casi, sea
permitido.
Este espectáculo, que ha sobrevivido
siempre a los tiempos por su rigor, seriedad y exigencia de calidad, no debe
caer en la mediocridad. Cierto es, que el escalafón en su parte más alta, ya
tiene firmados sus contratos para toda la temporada. ¡Díganme pues, qué
motivación y exigencia supone esto! Sin embargo, si provoca no poca frustración
en el resto del escalafón. La exclusividad de los toreros “funcionarios” ha
cerrado las ferias antes de que arranque la temporada, y muchos de aquellos que
terminaron a la cabeza del escalafón, van a permitirse el lujo de ir
disminuyendo sus actuaciones, otros buenos toreros que se visten
esporádicamente, tendrán que padecer los numerosos sinsabores de la profesión,
y en no pocas ocasiones acudir a la recomendación, con el fin de poder actuar
hasta en la feria de su pueblo. Lamentablemente muchas cosas fueron las que han
cambiado en el toreo, tantas, que a este comentarista, le da la impresión, que
la fiesta va perdiendo una de sus razones de ser, una fiesta donde se
emocionaron hombres y mujeres, que no tenia fronteras, ni partidos políticos a
uno y otro lado. Ahora con la galopante crisis, no llega el dinero tan fácil, y
los “trincones” se ven, vacíos y las cosas ya no pasan por ser moneda de cambio
del mercantilismo puro y duro que invadió esta Fiesta. Pero sin embargo otras
que son más de justicia, se han mantenido y aun se mantienen inalterables. “Esto esta muy dificil, responden, los de
coleta, no sin cierta resignación”. Y no se duda de ello; pero también cabe
preguntarse, ¿si no es uno mismo quien con su conducta y actitud se cierra las
puertas de las plazas? El caso es que, ahí siguen a la espera de esa
oportunidad que les catapulte a la fama y al reconocimiento. La salida de no
pocos, es ingresar en el escalafón de plata. Pero los más no se dan por
vencidos, hasta agotar cuantas opciones vislumbren de demostrar su valía. Claro
que, cuando se encuentre arriba, será dificil que se acuerde de los de abajo. Y
en esas estamos año tras año, tal y como siempre ocurrió.
Fermín González.-
comentarista onda cero radio- Salamanca
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