NOVILLEROS- AVENTURA O GLORIA
AL HILO DE LAS TABLAS
NOVILLEROS- AVENTURA
O GLORIA
Abierta,
queda la veda para el escalafón novilleril
en este año taurino del 2018 donde, si no son todos los festejos que se desearían,
muchas han sido las novilladas programadas, y no pocos los certámenes que se
han esparcido por toda la piel de toro, dando con ello oportunidades para el
segundo escalón de los toreros. A las ferias y plazas, se une también está de
Salamanca que fue escenario estos últimos jueves veraniegos de ese ramillete de
toreros en edad juvenil, que son a la postre el caladero por el que debe
apostar la fiesta. Hemos tenido en la Glorieta novilleros avanzados de las
escuelas, y ya se anuncia en el cartel de ferias, las novilladas finales de las
jóvenes promesas llegados de todos los puntos y desde las escuelas, que de
forma federada instruyen a aquellos que han de tomar el relevo de las figuras más
relevantes del escalafón, son la apuesta por parte de esta empresa, y de muchos
otros que han puesto su desinteresado esfuerzo para dar con ello el máximo
realce y seriedad a estos eventos. Y aunque gratuitamente la entrada, lo cierto
es que el público salmantino ha respondido, masivamente a esta llamada, y que
sin duda si se sabe gestionar, será un acicate, un revulsivo para el abono de
la feria próxima.
Los aspirantes buscan las oportunidades, para
competir ilusionadamente buscando una mejor posición y reconocimiento.- Aunque
la idea no es nueva-; con buen acierto y criterio se hace eco, después de la insistencia de hace
muchos años, de tener en cuenta, por donde empieza la Fiesta, y donde se
comienza a valorar y atisbar desde el atalaya de los tendidos las posibilidades
reales de la carrera de los mozos novilleros.
Si les preguntáramos por qué quieren ser toreros, la mayoría
no nos daría una respuesta convincente… Un medio de vida que se cree fácil de
lograr, un éxito económico y social de amigos o conocidos, una influencia
familiar y otro sinfín de respuestas, donde existe la lamentable idea de que la
“gloria” se abre paso con facilidad; solo excepcionalmente podemos encontrar a
quien se presente desprovisto de estos objetivos, materiales y elija la vocación
como condición indispensable. Porque el
ser torero exige una gran vocación decidida, condiciones personales, adecuadas,
afición, sacrificio constante, renovación ininterrumpida y formación ética.
Pensar que esto se logra con un puñado de tientas o capeas es un error. Así
pues aun teniendo valía y vocación determinante. El aspirante a torero debe
tener asegurada una preparación intelectual,
física y técnica, una determinada capacidad de observación, de razonamiento
lógico y de intuición espontanea, para que esta actividad dé el rumbo más
adecuado a su personalidad, orientándose en el sentido de una creciente
conciencia de responsabilidad.
Hay una ansiedad de triunfo que, a veces se frustra porque
no hallo su cauce adecuado o porque la vida fue adversa a la ambición. Pero, en
ocasiones la vocación elegida, va felizmente por el cauce propicio y desemboca
en la cima de la fama con una admirable sencillez aparente. Todos hemos oído
decir, en actividades diversas que el afán es de quien se considera fuerte para
la lucha y el éxito, la frase "yo me empeñado en ser triunfador y he de
conseguirlo", es la máxima que, no pocos de los que ayer y hoy (hablando de toros se aferran a ella).
Pero ¡ay! que en
muchas ocasiones el propósito aguerrido no alcanza así como así gracia de
realidad, y es frecuente su derrota y, larga por consecuencia la teoría del
dolor, el desencanto, la frustración o
la incomodidad de quienes quisieron ser triunfadores y fueron fracasados. Más puede que dicho revés fue por
equivocación en elegir el camino, y quién sabe si el aplauso que no sonó para
el esfuerzo de un artista o de un torero hubiese sido triunfo rotundo en
cualquier otra faceta de la vida.
Por eso, en el
querer ser famoso, rico, reconocido, no basta la decisión de serlo sino aceptar
con la vocación exacta y el cultivar ésta con ilusión, con perseverancia y con
entusiasmo. En el deseo legitimo del joven por querer ser importante, subyace
muchas veces el error de ser a toda costa torero, sin llegar a hacer
incursiones en otras actividades, aunque solo sea para cercionarse de que ha
elegido exactamente la suya; y con el mismo ardor, con el que comenzó de
chiquillo a ejercitarse en las suertes del toreo, pueda estar preparado para
aquel otro arte, carrera u oficio en el que pueda cosechar mayores
posibilidades de triunfo.
Fermín
González salamancartvaldia.es
blog taurinerías
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