MI CRONICA
Los novilleros merecen comprensión por su inexperiencia, y es bueno darle ánimos, cuando intentan hacer el toreo. Ahora bien, creo que nos equivocamos si la ayuda, el animo y el estimulo, ha de venir dado por la concesión de trofeos, más aún cuando estos no se solicitan con la suficiente fuerza. Los novilleros se pasan media vida soñando con un faenon a un toro ideal en una plaza importante. Los sueños son bonitos, esa es la verdad, pero esconden defectos y carencias, y, por lo general esconden faenas imposibles. La novillada de Palla era muy esperada en la Glorieta, y la esperanza en los novilleros de esta tarde grande. En cuanto salio el primero, un novillo que Siro tardara en volver a encontrase en plaza de relieve, el publico asistente (poco, por cierto), se frotaba las manos porque se iba a dar un espectáculo a lo grande. Pues, bien todo quedo un poco a medias, pues Siro que comenzó de dulce, toreando variado, con derechazos de bonito trazo, bajo un tanto al pasar al natural, le falto mando, ahogo las embestidas del picante y encastado animal, y la faena se fue a menos, y por si fuera poco, mato mal, el novillo mereció otra muerte Puso mucho empeño en su segundo pero ni por asomo el novillo soportaba arrancarse en el engaño. Ya sabíamos por estos lares, del novillero de Madrid, que tiene un buen corte, que tiene el toreo en la cabeza, tuvo armonía y temple su faena al primero de su lote, sobre todo al natural donde se mostró muy firme, profundo y cadencia embarcando y llevando toreado a su oponente. Sin embargo, a la hora de manejar la espada tiene muchas dudas, y no olvidemos que lo que da contratos, y prestigio es el buen manejo de la espada. En su segundo fue un despropósito de desarmes, en faena muy deslavazada. Fue a la postre Román, que con pundonor de aguerrido novillero, fue el triunfador de la tarde, y lo hizo en consonancia con las condiciones a que se prestaban sus novillos de embestida dulce y pastueña, siempre dispuesto, confiando en sus posibilidades y firme de animo, consiguió que el publico solicitara los trofeos, para así abrir esta puerta grande primera de la feria. Servidor sinceramente, cree que fue demasiado. Pero habrá otras con menos, ya lo verán...
Fermín
Los novilleros merecen comprensión por su inexperiencia, y es bueno darle ánimos, cuando intentan hacer el toreo. Ahora bien, creo que nos equivocamos si la ayuda, el animo y el estimulo, ha de venir dado por la concesión de trofeos, más aún cuando estos no se solicitan con la suficiente fuerza. Los novilleros se pasan media vida soñando con un faenon a un toro ideal en una plaza importante. Los sueños son bonitos, esa es la verdad, pero esconden defectos y carencias, y, por lo general esconden faenas imposibles. La novillada de Palla era muy esperada en la Glorieta, y la esperanza en los novilleros de esta tarde grande. En cuanto salio el primero, un novillo que Siro tardara en volver a encontrase en plaza de relieve, el publico asistente (poco, por cierto), se frotaba las manos porque se iba a dar un espectáculo a lo grande. Pues, bien todo quedo un poco a medias, pues Siro que comenzó de dulce, toreando variado, con derechazos de bonito trazo, bajo un tanto al pasar al natural, le falto mando, ahogo las embestidas del picante y encastado animal, y la faena se fue a menos, y por si fuera poco, mato mal, el novillo mereció otra muerte Puso mucho empeño en su segundo pero ni por asomo el novillo soportaba arrancarse en el engaño. Ya sabíamos por estos lares, del novillero de Madrid, que tiene un buen corte, que tiene el toreo en la cabeza, tuvo armonía y temple su faena al primero de su lote, sobre todo al natural donde se mostró muy firme, profundo y cadencia embarcando y llevando toreado a su oponente. Sin embargo, a la hora de manejar la espada tiene muchas dudas, y no olvidemos que lo que da contratos, y prestigio es el buen manejo de la espada. En su segundo fue un despropósito de desarmes, en faena muy deslavazada. Fue a la postre Román, que con pundonor de aguerrido novillero, fue el triunfador de la tarde, y lo hizo en consonancia con las condiciones a que se prestaban sus novillos de embestida dulce y pastueña, siempre dispuesto, confiando en sus posibilidades y firme de animo, consiguió que el publico solicitara los trofeos, para así abrir esta puerta grande primera de la feria. Servidor sinceramente, cree que fue demasiado. Pero habrá otras con menos, ya lo verán...
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