DE LA CRITICA Y CRITICOS EN LAS BELLAS ARTES 2º
DE LA CRÍTICA Y CRITICOS EN
LAS BELLAS ARTES (2º)
Por encima de todo lo escrito y
debatido, en medio del incesante torbellino de los que escriben los que saben y
no saben lo que escriben, de los que hacen de la critica un –Modus-Vivendi. De los que critican sin
juzgar y los que juzgan criticando, de los que se guían por el sentimiento estético
y no profundizan sus razonamientos; en medio de esa continua polémica de
escuelas y sistemas; entre el fragor de esa reñida batalla del idealismo y “el
arte por el arte”, de tratar de definir lo indefinible, la Belleza se abre paso, se
manifiesta y es generalmente reconocida.
No traten de sujetarla a reglas.
A la belleza se la admira, se presenta bajo diferentes aspectos, y hay que
admitirla tal cual es. A veces se basa en lo repugnante, y lo repugnante
resulta hermoso; se atavía con lo sangriento, y
lo sangriento embellece. Pues, bien, ante la pléyade de críticos,
algunos de ellos son los que encauzan la opinión, y la ilustran, y el público
se deja llevar por ellos. Estos críticos son, los que intuición estética, sin
preocupaciones de escuela, desprovistos de pasión, saben juzgar con sinceridad,
señalan el defecto o la belleza, allí donde existe, saben interpretar tan
fielmente el sentimiento del publico que este, al leer los juicios de tales críticos,
encuentra allí reflejado su pensamiento, exteriorizado sus ideas, desarrollando
algo que el sentía y no sabia expresar. Y una vez otorgada, -digámoslo así-, su
confianza al escritor, admite sus afirmaciones, hace suyas las opiniones de aquel,
y de ahí el progreso que la verdadera critica imprime.
Todos los detalles que el publico
ve uno y otro día, constituyen la parte estética de la que siempre fue Fiesta
Nacional, y esa estética que se siente, quizá sin comprenderla, es lo que hace
olvidar el resto, es decir lo que tiene de sangriento. Aquí como allí, y mas
aquí, los malos críticos abundan, la critica taurina puede hacerse a mansalva,
hasta por los más ignorantes. Tanto en las Bellas Artes, como en las corridas
de toros, con las nuevas tecnologías, todo subsiste, nada se borra, y quedan
los vestigios de pruebas, que tarde o temprano pueda poner en solfa a aquellos críticos.
Y sin embargo, en unas y otras criticas, el público hace distingos, desdeña los
escritos de unos y se apasiona por otros, los de aquellos que saben interpretar
la opinión general.
Si hay algo que pueda enseñar el
toreo, ese algo es la critica; pero la critica inteligente, desapasionada,
hecha a conciencia, sin que simpatías, dadivas ni rencores vengan a cohibirla;
no aquella que sistemáticamente censura a los unos y ensalza a los otros; que
ve siempre mal actuaciones de determinados lidiadores y excelente el de
aquellos que pretende erigir en ídolos.
Anécdota- “Mi toreo lo he perfeccionado en Madrid oyendo las
criticas de los inteligentes. Ellas me han enseñado a no atravesar tanto a los
toros.” Francisco Montes-.
Fermín
González comentarista onda cero radio- Salamanca-
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