PECADO CAPITAL (LA ENVIDIA)
PECADO CAPITAL
La envidia, es una de las modalidades más
necias e inútiles que existen. Ser malo por ambición, enriquecimiento, poder o
codicia, puede ser repugnante y atroz, pero tiene cierto sentido, por perverso
que sea. Ahora bien; alegrarse con la desgracia del prójimo y enfermar de
envidia ante sus éxitos, es realmente miserable y estupido, porque entonces los
sobresaltos y satisfacciones de tu vida dependen de cómo les vaya a todos
aquellos que tu consideres.
Este pecado, esta generalidad tan
“española”, se recrudece, y se nota con más nitidez en provincias, donde todo
esta más cercano, sus personajes y convecinos se cruzan a diario. No escapa el
mundillo taurino, de este “pecado”, al contrario –“se viene arriba”. Así pues, en todas las variantes taurinas, que
ustedes consideren, esta acendrada tendencia hacia la mezquindad se manifiesta
con inusitada alegría. Mientras un torero triunfa, por lo general hay un
papanatismo reverente allá por donde vaya; -palmadas,
fotos, apretones, frases trilladas, viscosa papilla televisiva, o retórica
oportunista en cualquier medio, esto será la piedra de toque, para poner a punto la
joven vanidad del torero. Pero cuando el personaje en el ejercicio de su
profesión, o sea, la tarde en curso ha sido aciaga, y has pegado algún que otro
tropezón, los mismos que antes te adoraban, se lanzan la yugular y se
refocilan, con el (“ya lo dije yo, que
era uno más, que no valía, que estaba condenado al fracaso”). No hacen
falta nombres, pero todos sabemos y conocemos estos sucesos en cada pueblo o
provincia, donde nace un torero o varios, y cuando tarda en llegar el triunfo
sonado, se van relajando los resortes de la ilusión incluso en aquellos que con
variado entusiasmo montaron su peña.
La cautela, el tiempo, el
trabajo, la afición, la constancia unido a una buena dosis de humildad, son
generalmente cualidades, que no se deben perder de vista ni abandonarlas, con
ellas, se puede siempre volver a la senda que por uno u otro motivo un día se
abandono. No hay nadie que fracase del todo, y triunfe del todo, y desde luego
nunca, es para siempre. Hoy te puede ir bien
la vida personal, mientras en la profesional tienes uno o varios
reveses, y quizá en breve pueda ser al contrario, y dentro de otro tiempo,
pueda cambiar el panorama. En otros países, otros lugares, respetan y cuidan a
sus figuras, a quien triunfa en determinados momentos. En otros nos lanzamos a
pisotearlos.- Es lo que tiene la cochina
envidia.
Fermín González-
comentarista onda cero radio- Salamanca-
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