Tuesday, July 30, 2013

REMEMBRANZAS TAURINAS- LA GLORIETA -CXX- AÑOS DE HISTORIA



TAUROMAQUIA

REMEMBRANZAS DE LA GLORIETA
                        Pinceladas a su leyenda, a su historia, a su cultura y a sus personajes

            Si, las señas de identidad de Salamanca son sin duda alguna, la piedra dorada que lucen sus monumentos, así como el prestigio de su universidad etcétera. No es menos cierto, que la encina y el toro que figuran en el escudo de la ciudad, significan nuestro modo de ser, nuestro carácter, nuestra historia y nuestra personalidad. Como complemento a ese reconocimiento fuera de nuestras fronteras, se incorporo hace ahora 120 años de existencia, esta plaza de toros de la Glorieta. Que tiene, si ustedes quieren más proximidad, por cuanto fue diseñada, pagada y construida por hombres, en su mayoría de esta misma ciudad, y, además, en un tiempo extraordinario, de poco más de un año, cuando (creo suponer bien), se trabajaba a “pico y pala”.
            Pues bien: ya desde su inauguración, esta plaza tuvo su –aquel – para la historia, y daba el paso  para la anécdota tal como les cuento a continuación..... Para inaugurar la actual plaza de Salamanca fueron anunciadas tres corridas de toros, que habría de celebrase los días 11 –12 – 13 de septiembre del año 1893 con los diestros Mazzantini y Guerrita – mano a mano – los tres días y reses de Lamamié de Clairac de Manuel Bañuelos y del duque de Veragua respectivamente.
            Pero herido Guerrita en Murcia el día 7 de aquel mismo mes, y, amparado en el derecho que entonces se arrogaban los matadores de primera fila, designo para que le sustituyesen, a su primo Rafael Bejarano “Torerito”, y a  Antonio Arana “Jarana”, aquel en las dos primeras corridas y a este en la tercera. Decir que la corrida inaugural presenta un lleno hasta la bandera, y el primer toro que se lidio en esta plaza llevaba por nombre “Ranchero” negro listón, pero fue el cuarto de la tarde de nombre “Corchete” al que se le corto la primera oreja en la Glorieta a manos de “Torerito” por el contrario Mazzantini fue abroncado, y el señor Francisco Giron Severini alcalde de la ciudad lo llamo al palco para reprender su actitud, por este hecho el diestro no volvió a esta plaza hasta el año 1902. No termino bien la feria. Y, el 13 de septiembre, con los mismos toreros más “Jarana”, y cuando el quinto toro de la tarde venia realizando una notable pelea en varas, al presidente Sr. Severini se le antojo ordenar que tocaran a banderillas.
Protestó él publico y empezaron a caer al ruedo algunos “proyectiles” mientras pareaban Antonio Guerra y “Mojino”, protestas que arreciaron al empuñar “Torerito” espada y muleta; en vista de tales “razones”, subió dicho diestro al palco presidencial para advertir al alcalde las dificultades que se oponían al cumplimiento de su deber, y en aquel preciso momento se persono en dicho palco  el gobernador civil de la provincia, el cual hizo que el Sr. Girón Severini abandonara su asiento para ocuparse él, de presidir el festejo hasta el final, a cuyo efecto empezó por revocar lo ordenado anteriormente por el presidente depuesto, e hizo salir de nuevo a los picadores, para que pusieran al toro una vara más.
            ¿Habrá que decir que los espectadores tributaron una ovación al gobernador?. Lo que no sabemos, es si el alcalde presenta la dimisión de su cargo o tomo a broma lo ocurrido. Lo que sí se sabe, es que nunca se registro un caso igual en plaza alguna. Por cierto aquella tarde llovió a modo. Con este caso, se estrenaba la plaza.
            Como ven, hay en esta plaza de la Glorieta diversos hitos que señalan las épocas de la misma. Al mismo tiempo hay en el desarrollo de su protagonismo en la Fiesta un enorme caudal anecdótico y de episodios más o menos trascendentales, que han contribuido en formar un ambiente determinado. Es, en esos sucesos y casos ocurridos, el caudal al que frecuentemente recurrimos para publicar artículos como el que me ocupa hoy. No me atrevo a pronosticar, que otros tiempos taurinos, sean mejores o peores, - sino, que son otros -. Lo que sí puedo afirmar, es que, hace muchos años y desde que la Mariseca se hacia presente en lo alto del Ayuntamiento y aparecían publicados los carteles de feria y toros, en Salamanca comenzaba a vivirse un desasosiego en sus gentes, incluso, se observaba que sus estados de animo, eran  más desenfadados, optimistas y graciosos. ¡Aquella Salamanca en ferias, donde era imposible sustraerse del ambiente de un día de toros, donde todo el mundo se enteraba y terminaba por ir a la plaza. En sus aledaños, había tanta gente fuera como dentro, iban a ver cuanto fuera posible, el oír  vibrar los -olés –, o el grito trágico de la cogida, o, simplemente ver pasar el coche de toreros y cuadrillas!.
            Era aquel transitar de la Plaza Mayor a La Glorieta “(a la plaza, eh a la plaza...)”, autobuses destartalados llegaban de los pueblos cercanos, tan abarrotados que, hasta su portaequipajes era ocupado por los mozos. Aquella estampa de Torres Villarroel en tarde de toros, donde en la conversación de caminata, no se hablaba más que de la corrida, a veces conservando el hervor del entusiasmo y comentando fervoroso y apasionado, lances, incidentes, faenas de los diestros, ritmos de la lidia, juego de los toros... En otras ocasiones, la frialdad, el hastío, el cansancio y  el silencio de la muchedumbre, era todo un curso de desencanto. Los que esperaban el desfile de publico, notaban por las medias palabras, en los gestos y ademanes cual había sido el resultado de la tarde taurina. Siempre habrá cosas que se mantengan, que puedan ser las mismas o mejores, ¡Pero aquellas tardes de toros, se han borrado por completo y para siempre, y los que conocimos esos tiempos lo hemos de sentir!.
            Dicen, que las añoranzas encierran tristeza; pienso, sin embargo, que añorar es rendir tributo al recuerdo de las cosas agradables, que de uno se han ido alejando, y, que tal añoranza del pasado tiene para muchos, un especial sentido espiritual. Después de estos apuntes, la Glorieta vera de nuevo el acontecer de una nueva feria y a buen seguro que, un nuevo episodio pasara a formar parte de su historia.


                        Fermín González comentarista  onda cero radio, Salamanca

                        

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