BIOMETRIA DEL ASTA
AL HILO DE LAS
TABLAS
BIOMETRIA DEL
ASTA
“El barbero de
esta plaza, certifica que, los toros de esta tarde, están perfectamente
“afeitados”, bien “lavados”, “maquillados” y sus caras limpias, para que el Sr
presidente de la corrida, pueda pasarles revista. Una vez transcurrido este
pasaje y siendo aprobado el mismo con efusivo apretón de manos, iran saliendo a
la arena los cornudos para el disfrute, regocijo, asombro y emoción de ver
torear toros tan pulcros”.(“evidentemente esto es chanza, no ocurre casi
nunca”)…
Siempre que comienza un nuevo año taurino,
tratamos en coloquios y tertulias de invierno, los argumentos y realidades
sobre el porvenir de la Fiesta ,
raro es que en alguna de estas reuniones no salga a relucir, lo que con
delicado eufemismo se viene llamando el "arreglo de los toros".Preguntándonos entonces: ¿Es cierto que
se "afeitan” las astas, que se
liman las puntas de los pitones? ¿Donde? ¿Cuando? ¿En el campo? ¿En los
corrales de las plazas? ¿Quien lo demuestra a simple vista mientras una corrida
se lidia, aún en el propio ruedo y mientras el toro vive? ¿Quien es capaz de
comprobarlo?
Hemos de plantearnos pues, la
cuestión con toda crudezá. Nuestras autoridades tienen en su mano, de igual
manera que la confrontación de otras materias que amparan a la sociedad, la
comprobación del posible "arreglo".
Porque, díganme que (coño) hace una
Ley Reglamento de espectáculos taurinos, donde ese reparto de responsabilidades
ganaderas, gubernativas, presidenciales, veterinarias con tanto artículo, tanto
capitulo y un sinfín de componendas ministeriales, para que finalmente el
fraude y manipulación de las astas sea el denominador común por todos conocidos
(¡”se han pasao con la sierra!”...).
A mi modo de entender, si de verdad
se quisiera acabar con el problema no seria tan difícil de resolver, pero nadie
quiere ninguna consigna para que dicha lacra se reduzca, estableciendo así el
principio de responsabilidad, seriedad y libertad de esa Ley sobre potestades
en materia taurina.
Hoy por fortuna existen medios y
procedimientos de rango oficial para comprobar que cuernos fueron pasados por
las "barberías", informar y
hacerlo publico es materia de autoridad, la cual le faculta la Ley establecerlo en régimen
sancionador.
Placemes
merece, y muy efusivos ese organismo oficial que venga a poner coto a esta
martingala, que cuando existan reformas o aminoramiento de las defensas de las
reses de lidia, al menos se tome la molestia de, en un sencillo parte airearlo
para desvalorizar las faenas que con ellas hubieran podido realizarse así, poco
a poco-como hilaba la vieja el copo-se iría restableciendo la verdad del toreo.
Aunque sinceramente hoy por hoy seria de ilusos pensar que tan solo un Real
Decreto pueda acabar con los interesados en tales gatuperios, qué a todo trance
no quieren que desaparezca una de las "verrugas" más vergonzosas de la Fiesta = (post
mortem).
Fermín González- comentarista Salamancartvaldia
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