AL HILO DE LAS TABLAS LX- AÑOS DEL BOLSIN TAURINO - CIUDAD RODRIGO
AL HILO DE LAS TABLAS
AVENTURA
O GLORIA= (LX- EDICIÓN BOLSIN DE CIUDAD RODRIGO)
Si les preguntáramos por qué quieren ser toreros, la
mayoría no nos daría una respuesta convincente… Un medio de vida que se cree
fácil de lograr, un éxito económico y social de amigos o conocidos, una
influencia familiar y otro sinfín de respuestas, donde existe la lamentable
idea de que la “gloria” se abre paso
con facilidad; solo excepcionalmente podemos encontrar a quien se presente
desprovisto de estos objetivos, materiales y elija la vocación como condición
indispensable. Porque el ser torero exige una gran vocación decidida,
condiciones personales, adecuadas, afición, sacrificio constante, renovación
ininterrumpida y formación ética. Pensar que esto se logra con un puñado de
tientas o capeas es un error. Así pues aun teniendo valía y vocación
determinante. El aspirante a torero debe tener asegurada una preparación
intelectual, física y técnica, una
determinada capacidad de observación, de razonamiento lógico y de intuición
espontanea, para que esta actividad dé el rumbo más adecuado a su personalidad,
orientándose en el sentido de una creciente conciencia de responsabilidad.
En
breves días, comenzara un nuevo Bolsín
taurino en Ciudad Rodrigo. Será la antesala de ese carnaval que tiene como
protagonista el toro; luego le seguirán otros como Ledesma y Peñaranda: Abierta pues, queda la veda para esos jóvenes
aspirantes, del más tierno escalafón aun desconocido, tan solo de los bisoños
pertenecientes a esta escuela salmantina tenemos alguna referencia. Se llega
también al LX, aniversario de este
evento mirobrigense que, si bien poco cambio en cuanto a su tradición y a su
fin, Si ha cambiado rotundamente a través de los tiempos, sobre todo en
aquellos jóvenes “torerillos” y“maletillas”,
que recorrían cientos de kilómetros como humanamente podían, para llegar e este
Bolsín, poder dar pases a una becerra, y vivir el carnaval dentro del ambiente
más taurino. Eran tiempos,- no crean que tan lejanos – al menos para mí -,
donde el mozo salía de casa, diciéndole a su madre.”¡Madre quiero ser torero!”.
Así se iniciaba una aventura, que no pocas veces termino en gloria.- Pero antes
-, cuantas caminatas por los cortijos de Andalucía, o las dehesas y fincas de
la charreria salmantina, cuantas hambres, cuantas mañanas de matadero para
echar un capote a marrajos, moruchos y bueyes, siendo volteados y pateados las
más de las veces. En otras ocasiones, ir en busca de la tienta donde le dejen
meter baza, cuando la vaquilla no sea de caramelo, para ver si alguien
asistente, se fija en sus hechuras.
Servidumbre del hambre, de
pantalones rotos, de pies doloridos, del mal dormir en pajares, del viaje en
los topes de los vagones de mercancías, de merodear por plazas para deducir de
los gritos de la gente, la realidad de las hazañas de los consagrados. Pero,
aquella etapa era superada. Era cuestión de tenacidad, constancia y
voluntariosa terquedad. Sin nadie a su lado, que le desengañe y le hable de
verdad. ¡-Y si lo hubiera, no seria escuchado-!. ¿Qué son las reflexiones de
los sensatos, al lado de la decisión de ser torero?. La afición, tiene veneno;
una vez dentro es muy dificil renunciar a ella y, aunque los ángeles no hayan
tocado al aspirante con la gracia de los elegidos, este pensara para su adentro. “¡El día que yo toree un toro a
gusto...!”.
A
la espera de ese día llegaban a estos pagos mirobrigenses, con el fin de poder,
ser él quien matara un novillo, para ser él, quien había llegado hasta aquí
recorriendo España, para verse vestido de torero, aunque sea con un traje de
luces apagado y viejo. Seguramente, la ilusión de ahora para cualquier “torerillo”,
sea la misma. Las calamidades para llegar a la oportunidad del Bolsín, no. La
vocación, ambición y afición, permítanme que lo dude.-
Fermín González comentarista
salamancartvaldia
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