Tuesday, March 22, 2016

AL HILO DE LAS TABLAS (SEVILLA)

AL HILO DE LAS TABLAS
sevilla

SEVILLA

Pasadas las primeras ferias del Levante, en las que, en realidad y salvo raras excepciones, nunca se descubre nada nuevo. Son ferias como de entretenimiento, como para irse soltando del entumecimiento invernizo, y en las que a toros y toreros, no se les tiene mucho en cuenta. (Fue sin embargo Valencia, la ciudad elegida para que se diera cita – ya era hora-y, no debería ser la última  feria, para volver a reunir en multitudinaria manifestación a quienes proclamamos la tauromaquia, y con respeto enarbolamos su bandera).
         Son: sin duda Sevilla y Madrid el barómetro que marcan la trayectoria taurina, por el cual se rigen, a tenor de lo sucedido en estas plazas, el resto de las ferias de la temporada.
         Al prestigio que siempre tuvo la Maestranza, estuvieron unidos los toreros figuras del escalafón, pero parece ser, que todo andaba revuelto, y unas cuantas figuras, que lideran el escalafón,  no estuvieron en esta cita  durante las dos últimas ferias. Ahora parece ser que el plante se ha arreglado, y de nuevo como no podía ser de otra manera, pues Sevilla necesita las figuras y estas necesitan la Maestranza, una vez que Canorea ha dejado paso a Ramón Valencia, este de inmediato llego a un entende-cordiale,  empresarios y toreros se pidieron disculpas  por el encontronazo y, con  dinero, sensibilidad y elegancia se finiquitó el trance. Y en esas estamos que, los carteles de esta feria del 2016 ya están en la calle, se me antojan carteles bien rematados, - evidentemente siempre falta o sobra alguna-, pero en general tienen como digo, buena pinta. Es una lástima que de Salamanca  tan solo Castaño forme parte de esa carteleria, que se repitan algunos toreros, y que en los mismos no se encuentre Juan del Álamo, en mi opinión creo, se ha ganado el derecho a estar en las ferias de “Postín” pero a buen seguro entrara, a la primera sustitución, tampoco estará Fandiño, que el año pasado perdió el crédito, y se lo ha ganado López Simón, esto es así- camarón que se duerme se lo lleva la corriente- , veremos si el“pagalotodo”  acudirá en buen numero a la plaza y Morante como base de la feria impone su arte, y  vuelve  Sevilla, su Maestranza y su Giralda  a vestirse las mejores galas en cuanto  amanezca la feria elegante, de luz y color.
 Para la fiesta, no cabe duda que Sevilla, tiene un reconocimiento, con solera y respeto  bien ganado;  donde creo que, es el único sitio donde no se siente la morriña y la melancolía  en estos días de Semana Santa. Tiene la facultad y el carisma de la alegría, de hacer dulce y festivo lo que, a nosotros por estas tierras nos causa cierta serenidad y tristeza. También es cierto que, Semana Santa en Sevilla es el prologo de su feria taurina, tan deseada, que viven lo primero con una pasión y sentimiento entrañable, que se tornan  alegres y bulliciosos, o que por el contrario pueden guardar un silencio sepulcral que encoge el alma, cuando al paso del Gran Poder una saeta surge de cualquier portal, balcón  o cadena humana, que espera el paso del Cristo. Otro silencio, que siempre tuvo su aquel, se produce en la Maestranza, que se rompía con el olé seco, rotundo, uniforme y emocionado, cuando el torero de turno, torea profundo, ligado y reunido. Me confeso cierto Maestro en una ocasión que, el olé de Sevilla es distinto de otras plazas; es vibrante, ayuda a confiarte, da calor, tiene un sabor  agradable. No se puede discutir, que es una plaza torerista que mima y mitifica sus toreros, pero que siempre cuido la presentación del toro, o al menos siempre lo hizo, aunque como bien todos sabemos, lo mucho que han cambiado las cosas en esta fiesta.
         Esta segunda cita importante de Sevilla, ya es otra cosa; el paréntesis transcurrido desde Fallas, hasta el comienzo ferial de Abril, ha dado tiempo a los diestros, al menos para probarse y ponerse en forma, aunque muchos de estos hayan estado en tierras americanas. Todo tiene más luz, color perfil y sentido, así como mas influencia en la configuración de la temporada. No decide como ocurriera en otros tiempos, pero orienta; sus carteles, sino permiten un desfile de todos los toreros, que interesan, si están al menos los más importantes. El caso que para esta próxima a comenzar, los carteles están en la calle, y todos nosotros debemos de alegrarnos, de la bonanza, donde al parecer repetirán toreros, muy del estilo y proceder en la Maestranza Sevillana. “Vamos a ver si le ponemos, un color aún más especial”.


         Fermín González Salamancartvaldia   (Blog Taurinerias)

Wednesday, March 16, 2016

DE LA CRTICA EN LAS BELLAS ARTES Y TAUROMAQUIA- 2º-


AL HILO DE LAS TABLAS

DE LA CRÍTICA  EN LAS BELLAS ARTES Y TAUROMAQUIA (2º)

Por encima de todo lo escrito y debatido, en medio del incesante torbellino de los que escriben los que saben y no saben lo que escriben, de los que hacen de la critica un –Modus-Vivendi. De los que critican sin juzgar y los que juzgan criticando, de los que se guían por el sentimiento estético y no profundizan sus razonamientos; en medio de esa continua polémica de escuelas y sistemas; entre el fragor de esa reñida batalla del idealismo y “el arte por el arte”, de tratar de definir lo indefinible, la Belleza se abre paso, se manifiesta y es generalmente reconocida.
No traten de sujetarla a reglas. A la belleza se la admira, se presenta bajo diferentes aspectos, y hay que admitirla tal cual es. A veces se basa en lo repugnante, y lo repugnante resulta hermoso; se atavía con lo sangriento, y  lo sangriento embellece. Pues, bien, ante la pléyade de críticos, algunos de ellos son los que encauzan la opinión, y la ilustran, y el público se deja llevar por ellos. Estos críticos son, los que intuición estética, sin preocupaciones de escuela, desprovistos de pasión, saben juzgar con sinceridad, señalan el defecto o la belleza, allí donde existe, saben interpretar tan fielmente el sentimiento del publico que este, al leer los juicios de tales críticos, encuentra allí reflejado su pensamiento, exteriorizado sus ideas, desarrollando algo que el sentía y no sabia expresar. Y una vez otorgada, -digámoslo así-, su confianza al escritor, admite sus afirmaciones, hace suyas las opiniones de aquel, y de ahí el progreso que la verdadera critica imprime.
Todos los detalles que el publico ve uno y otro día, constituyen la parte estética de la que siempre fue Fiesta Nacional, y esa estética que se siente, quizá sin comprenderla, es lo que hace olvidar el resto, es decir lo que tiene de sangriento. Aquí como allí, y mas aquí, los malos críticos abundan, la critica taurina puede hacerse a mansalva, hasta por los más ignorantes. Tanto en las Bellas Artes, como en las corridas de toros, con las nuevas tecnologías, todo subsiste, nada se borra, y quedan los vestigios de pruebas, que tarde o temprano pueda poner en solfa a aquellos críticos. Y sin embargo, en unas y otras criticas, el público hace distingos, desdeña los escritos de unos y se apasiona por  otros, los de aquellos que saben interpretar la opinión general.
Si hay algo que pueda enseñar el toreo, ese algo es la critica; pero la critica inteligente, desapasionada, hecha a conciencia, sin que simpatías, dadivas ni rencores vengan a cohibirla; no aquella que sistemáticamente censura a los unos y ensalza a los otros; que ve siempre mal actuaciones de determinados lidiadores y excelente el de aquellos que pretende erigir en ídolos.
Anécdota- “Mi toreo lo he perfeccionado en Madrid oyendo las criticas de los inteligentes. Ellas me han enseñado a no atravesar tanto a los toros.” Francisco Montes-. Claro que: aquella era otra Fiesta.


                        Fermín González comentarista- Salamancartvaldia. (blog Taurinerias)

Thursday, March 10, 2016

DE LA CRITICA EN LAS BELLAS ARTES Y TAUROMAQUIA 1º

AL HILO DE LAS TABLAS

DE LA CRITICA EN LAS BELLAS ARTES Y TAUROMAQUIA (1º)

La crítica es, o siempre fue sin género de dudas, una de las grandes palancas de la sociedad moderna. Todo está sujeto a su influjo. Ciencias, artes, literatura, política etcétera, nada se libra de su escalpelo; y como su fuerza es tanta y tan grande su poder, todos quisieran ejercerla, tengan o no condiciones de críticos, dominen o desconozcan la materia que han de tratar.
Por eso vemos constantemente sentar plaza de críticos a muchos desdichados que con su audacia y la benevolencia de tal o cual director de periódico, se lanzan a escribir a troche y moche, y así juzgan, las creaciones pictóricas sin saber que es una paleta o pincel, o jamás haber asistido a academia o visitar un museo, sin tener la base de las Bellas Artes, al igual que hablan de música sin conocer una nota, desprovistos de instintos musicales y sentimiento estético, o analizan el drama y el libro, parapetándose siempre en unas cuantas frases hechas y no pocas vulgaridades, que llevan el tedio al animo del lector.
Así es, que las opiniones sobre cualquier materia son contradictorias; los unos aplauden lo que otros censuran, para estos es sublime lo que aquellos encuentran detestable, y suele frecuentemente alcanzar la consideración de muchos el que más asiduamente trata el asunto, o con más galanura se expresa, aunque no razona sus escritos ni haga critica, intentando suplir con cantidad lo mucho que en calidad falta.
Arduo problema es el de la critica, especialmente en materias que tienden a deleitar, porque el gusto no sabe sujetarse a modelos, ni el sentimiento estético regularse, surgiendo aquí los eternos problemas entre la belleza y la estética. No es de extrañar que, pensando cada cual a su modo, la critica esté al alcance de cualquiera pues, por muy disparatada que sea su opinión, siempre encontrará quien la apadrine, y hasta vendrán a reforzar textos de tal o cual critico o filosofo de cierta autoridad, cuyas teorías este de acuerdo con aquel disparate.
Sin salir de los límites taurómacos. Creo que, si nuestro espectáculo es artístico en sumo grado, a pesar de las repugnantes escenas que allí se ven, a pesar de los nobles y bravos animales brutalmente martirizados. Hay por encima de esto cierta grandiosidad que subyuga, cierto conjunto, que cae dentro de las Bellas Artes, pues los apasionados de las mismas, han sido decididos partidarios de las corridas. Todo es artístico en nuestra Fiesta; desde la ida a la plaza, hasta la salida de ella; todo tiene tal animación, tal color, tal vida, que no hay cuadro que pueda rivalizar con el que ofrece una corrida de toros. Aquella masa de cabezas, aquella variedad de trajes, aquella alegría de rostros, aquella confusión de clases y jerarquías, el contraste del sol y la sombra, todo ofrece tal carácter, tal especialidad, que no hay nadie que sea artista y no se sienta arrastrado por tal conjunto.
Y esto, por lo que se refiere al espectador; pues cuando aparecen las cuadrillas, se suelta el toro y empieza el espectáculo, entonces la estética, subiendo de punto, borra de cuanto hay de bárbaro en la lidia; que no es poco. La gallardía del toro, la belleza de su estampa, la agilidad de sus movimientos, la grandiosidad y gracia de líneas que dibujan su figura, le hacen ser el Rey de los animales. Solo el toro no llega a viejo. Solo el muere en la plenitud de su fuerza, luchando hasta el ultimo minuto, siempre ágil, siempre temido.


                        Fermín González, comentarista  Salamancartvaldia-. (blog taurinerias)

Wednesday, March 02, 2016

AL HILO DE LAS TABLAS (TOREAR DE CAPOTE)

AL HILO DE LAS TABLAS
 TOREAR DE CAPOTE
   Estas dos fotografías que adjunto a este artículo, son para el aficionado; supongo que al observarlas,  tienen cierta propensión a establecer  comparaciones excelsas en el toreo, evidentemente ambos lancean a la verónica; y, se asegura, que el nombre de este lance se debe a la similitud que tiene el torero sujetando el capote, con la actitud que adopto según la tradición cristiana, a la Verónica ofreciendo su lienzo a Cristo camino del Calvario. La irreverencia es notable, sin embargo no hace sino subrayar ese perfil mítico que tiene el toreo, de magia, y de arte, de sabor y de gracia.
La verónica es el más popular de los lances, es referencia obligada desde que sale el toro hasta que tocan a banderillas, pero ambas fotos, de dos “ases” del escalafón, nos revelan, la ejecución del mismo, es decir con ambas manos, con suavidad, las palmas hacia adelante, de medio perfil ante el toro y en su rectitud, se le incita a venir hacia los vuelos del capote, cargando la suerte y con naturalidad y manos bajas embraguetado, templado al animal, ofreciéndole suavemente la salida girando el torero sobre sí mismo en el momento preciso, para quedar colocado y ligar nuevos lances. Por supuesto cargar la suerte no es “despatarrarse” a modo, esto es retrasando la pierna por la que viene el toro, con lo cual en las fotos, puede dar la sensación de que ha sido al revés, sino adelantando la contraria a aquella por la que el toro toma el engaño. Luego de la personalidad del torero, se desprenderá esencialmente la grandeza de la suerte en la que- podemos mojarnos- y recordar a Ordoñez, Pepe Luis, Paula, Robles o Morante, por ejemplo. Traerse al toro toreado es fundamental, en la verónica y en cualquier otra suerte, claro que siempre veremos, verónicas- interpretadas de aquella manera-, o sea, destempladas, fuera de sitio,  sin gracia y adulteradas. Y sin embargo, servidor las ha visto aplaudir con pueril y desorbitado frenesí. No trato de desacreditar a nadie, sólo invito a ver, porque mirar ya lo hacemos.
            Acerca, de lo que viene ocurriendo actualmente en general con el toreo de capa, al que no sabemos si son los propios toreros o si son los públicos los que están concediendo menor atención que al toreo de muleta. ¿Es más difícil torear de capa que torear de muleta?. Por lo menos hay una mayoría de toreros en activo que son mejores muleteros que capeadores. Puede ser que el torero, atento al resultado final de la lidia, que es el que cuenta a la hora de las orejas, se esfuerce más durante el último tercio y este no quiera asumir ningún otro riesgo, y, con fecuencia se nos escamotean esos momentos, que son los lances de capa, con buena  estética, quieta la planta y en lentitud
             Cuando antaño el bicho tenía poder, fuerza y codicia y no se masacraba en el caballo; el arte, la destreza, la variedad del torero de capa, podía ser el momento más brillante de la corrida. Ahora esa competencia de los “figuras”, algunos frívolamente  llamados “maestros” no pasa de ser una pamema, y, nada queda en la memoria del aficionado. Cierto, que alguno no se anduvo con remilgos, y hasta ha intentado inventar nuevos lances o virtuosismos, (claro que nada sobra cuando se trata de dar vistosidad y alegría al torero de capa); pero, tampoco estaría de más que los toreros actuales emplearan algo de su tiempo en contemplar alguna imagen de las viejas tauromaquias, seguramente daría esplendido fruto. Creo que si cualquiera de nuestros diestros pretende adquirir nombre como innovador, no necesita pensar ni mucho ni poco en nuevos lances, le bastaría resucitar cualquiera de los olvidados y si tiene capacidad para ello, darle una interpretación personal… eso si, cuando llegue el toro a jurisdicción, cargar la suerte, con precisión y temple que es donde se demuestra la calidad de su toreo.


            Fermín González. Salamancartvaldia.   (Blog Taurinerias)