Thursday, November 26, 2009


DE TORERO A IDOLO
¿Tienen interés los verdaderos aficionados en que una afluencia de espectadores, llene la plaza? ¿En que una multitud que solo busca el impacto emotivo, la sensación por la sensación en detrimento de la seriedad de la corrida acuda a los tendidos? Cuando apareció de nuevo el fenómeno de José Tomas, después de un lustro de estarlo esperando, y, - en el que cada año se nos iba deshojando la margarita, especulando y anunciando su vuelta-; se origino una verdadera marejada de espectadores, estos crecieron de forma espectacular y comenzaron a llenarse los tendidos, todo ocurrió muy rápidamente y el nivel cuantitativo se elevo considerablemente allí en las plazas donde el de Galapagar hacia el paseíllo, como también el arrastre de no pocos aficionados llegados desde cualquier punto, no solo de nuestra geografía sino, desde otras fronteras. La marejada, no sabíamos cuanto iba a durar, aunque algunos barruntábamos, que las aguas, (pasados esos ecos “prodigiosos” donde todo el mundo quería ver al “Mesías” costara lo que costara), no tardarían mucho en volver a su cauce. Otros por el contrario vaticinaban, y aún siguen en su empeño, que el revulsivo creado entre los públicos por el torero, tiene visos de perdurar muchos años, incluso algunos de los más optimistas, llegan a pronunciarse de tal forma, que equiparan al madrileño con estar en candelero tantos años como los que lleva Ponce- por ejemplo-, en primera línea, siendo a pesar de los pesares la mejor cabeza torera de los últimos veinticinco años- y siendo aún garantía para las empresas-. Evidentemente, bienvenido ha sido José Tomás, que al menos en estos tiempos de enemigos taurinos, fuera el revulsivo que sacara de la galbana, a los unos y los otros, y el publico mezclado con la afición exigente haya contribuido, a sembrar una polémica en todas sus variantes, según expresión del torero en las plazas, donde, no sin torpeza, se rebozo de “sangre y arena”. ¡Esta reflexión, que no pocas veces ha ocurrido a través de los tiempos! ¡Cuando surge un torero triunfador, algunos no se andan con remilgos a la hora de las comparaciones, cayendo en el exceso y en la cursilería, aunque esta se frivolice con las mejores intenciones!
El torero super-estrella no se improvisa. Surge, desconcierta, luego se inicia la explotación. En una temporada (genio locura valor) se convierte para la masa, esa masa que los promotores se dedican a atraer hacia las plazas, para ver al torero con quien desearíamos identificarnos.
José Tomás y sus mentores, saben de sobra, como es esto, saben también que el perfume de la flor, dura menos que la flor misma y, el “deseado” torero que encandilo y lleno las plazas, no tardaran en pasarle factura. Por eso creo muy sinceramente que, su segunda vuelta no será larga. Ahora su toreo debe desplegarse hacia otras plazas, otros públicos, otros toros, otros con los que mida su espada. Tiene los argumentos del valor, de seriedad, clasicismo y profesionalidad. Si… Pero ya veremos ya…
Fermín González comentarista onda cero radio Salamanca

Tuesday, November 24, 2009

¡USTED SI QUE SABE!
¿Quién entiende de toros? ¿El toro? ¿La vaca? ¿El torero? ¿El ganadero? ¿El señor presidente de la corrida? ¿Usted? ¿Yo?. Si separamos a estos personajes notables de la Fiesta, y uno a uno, le hacemos la pregunta ¿quién entiende de toros en España?, La respuesta será la misma: Yo, y después de yo ¡nadie! Para un buen aficionado, no existe peor aficionado en el mundo, que otro buen aficionado. Un aficionado, y de estos hay muchos, puede ser modesto en todo, menos como aficionado. Si uno observa y escucha en plazas, en bares y cafés o ante la televisión, siempre hay un parroquiano, que entabla discusión o polémica con su vecino de localidad y si por casualidad le interroga ¡Ud. sabe de toros!, Su más helada mirada recorrerá el cuerpo del preguntador de pies a cabeza, y como un dios ofendido contestara – de aquella manera –.
¿Tan difícil es entender de toros? Pues, sí; ser un buen aficionado, tiene su “intríngulis”, su aquel. Hay quien se orienta pronto y lo consigue, ve, escucha, pregunta, lee, se arrima, se trabaja el tentadero, etc., se va forjando un buen aficionado. Hay quien por el contrario, no lo consigue aunque lleve en primera fila de ferias toda una vida, estos no aciertan a distinguir múltiples detalles. Y, no crean que, tan solo hablo del aficionado de base, sino también de muchos comentaristas y escribidores. Pero en líneas generales el público que hoy acude a las plazas, tiene también brillantes cualidades. Como son: dulzura, inseguridad, entusiasmo, tolerancia, efusión etc. ¿Quién puede al lado de estos pronunciarse, por el rigor, la verdad, la pureza, la técnica, el valor etc.?¡Tonterías, dirán al hablarle de estas cuestiones, con sonrisa burlona y suficiente!
¡Y mucho peor todavía! Donde me dejan ustedes a muchos presidentes, que se suben al balcón de no pocas plazas de toros, y más de un veterinario y asesor, los cuales tienen responsabilidad ante él publico pagano – de los unos, y de los otros – cuya exigencia primera es aprobar con matricula la “profesión” de aficionado taurino y además revalidarlo esa tarde. ¿Si el toro pudiera ser preguntado, sobre los saberes taurinos? - Otro Gallo cantaría en la Fiesta. ¡Ténganlo por seguro!...

Fermín González- comentarista onda cero radio- Salamanca

Tuesday, November 17, 2009

APODERADO
Llevamos ya; bastantes años, que al término de cada temporada, comienza un tema, que ya parece un ritual, me refiero, a esos cambios de apoderamientos, que se viene produciendo en “masa”. Lo cual parece ser como esos cambios de entrenadores y de fichajes veraniegos de los clubs de futbol. Además esto ya comienza a ocurrir también en las cuadrillas. No quiero decir con esto, que tiempos atrás no sucediera, - claro que si-. Lo que no ocurría era con tanta rapidez, con tan poco tiempo unidos poderdante y apoderado, al mismo tiempo las cuadrillas- salvo excepciones- podían estar unidas al matador, muchos años, incluso, hasta la retirada. Pero aceptaremos que todo anda revuelto, y que los toros no escapan a tantos vaivenes sociales.
Poco o nada, le importa al público el nombre que apodere y dirija la carrera de un torero. Al público en definitiva “le trae al fresco”, que las exigencias para alternar en cualquier cartel venga directamente del diestro o del apoderado. Pero, la cosa comienza a tomar cartas de naturaleza, y, cuando el público quiere que, algún torero este en sus feria, y no se anuncia en sus carteles, comienza a preguntarse el ¿porqué? Y, la única razón a la que se alude, con la que se cierra la polémica es la sentencia ¡no ha habido acuerdo con la empresa! Luego, unos y otros defenderán sus argumentos más o menos simples,- casi todos se refieren al estipendio, o exigencias de los dineros a cobrar -. Lo cierto es que el público “pagano” se queda sin ver el cartel que demanda.
Ya se sabe; que la figura del apoderado, tan traída y llevada, en nuestros días, como si fuese de ahora; tiene una existencia bastante más remota y siempre influyo en los asuntos taurinos a tenor de la importancia del diestro que apoderaba. En otro aspecto de la cuestión, el que sean los que hacen y deshacen, es bastante discutible como lo prueba la frecuencia con que se producen “separaciones”, por muy de mutuo acuerdo y amistosas que sean sus relaciones. Es decir que si un torero, continua años y años con el mismo apoderado será, por su conveniencia, por estar plenamente de acuerdo con él, sin perjuicio de que surjan diferencias y discusiones como suele ocurrir en todos los casos de asociación o mera convivencia, que se superan en aras de más altos intereses de las partes. Luego esta el capitulo, estos toros quiero, estos no, en mi cartel han de estar estos o aquellos, y así sucesivamente. Quizá esto sea un mal pero no es de ahora, sino de siempre. Tan solo que de unos años a esta parte, los unos y los otros, se aguantan poco, y no es de extrañar que, cualquier tarde de toros, uno de los apoderados, halla llevado los destinos de la terna actuante. Claro que, como el “divorcio” fue de mutuo acuerdo y amistosamente, pues todos tan felices.”Lo que hay que ver”.Y oír; oiga.

Fermín González – comentarista de onda cero radio- Salamanca-

Monday, November 02, 2009

PEÑAS TAURINAS

Se ha dicho muchas veces, que la labor de las peñas no es por supuesto reunirse de vez en cuando para comer o ir de excursión. La misión de las peñas, es entre otras cosas, la de continuar y guardar el fuego vivo de la afición yendo a las plazas dejando sentir su influencia en ellas, ayudar a los que empiezan, que es la mejor forma de ayudar a la Fiesta.
No son pocas las peñas que nacen al cobijo de un torero popular para llevar adelante una entronación del ídolo y al mismo tiempo albergar entre sus incondicionales, a aficionados de verdad, donde en sus sedes pueden hacerse manifestaciones de sus gestas, así como el comentario y la polémica, además de otras iniciativas que con no poco esfuerzo realizan. Muchas son las peñas, que afloran a lo largo de cada temporada, las mismas aparecen en cuanto un aspirante a novillero, y que aún se encuentra en la escuela, su familia y los allegados de su pueblo, se ponen en marcha con inusitada rapidez, para que el chico, de lo primero que disponga sea de su peña. Y no es por lo tanto nuevo que nos encontremos con el autocar cargado de incondicionales, por esas plazas de toda la geografía, acompañando al “Chaval” de turno en concursos y bolsines, dejándose sentir en la plaza, sobre todo a la hora de solicitar trofeos, venga o no, a cuento.
¡Pues bien!, salvo que el torero sea de la misma ciudad, las peñas taurinas que se ven sin la cortes asistencia de sus ídolos, no tiene nada de extraño que languidezcan. Edificadas sobre la piedra angular de la simpatía que despierta un torero, al faltarles estas se derrumban. No son pocas las entidades que nacieron con generosidad y entusiasmo y que sin embargo... el ídolo una vez encumbrado, cuando ya ha ganado popularidad y cotización publica, soslaya esta visita a la peña que lleva su nombre. Si esta simple visita se realiza en cierta ocasión, se espacia hasta perderse definitivamente. En mi opinión, estas peñas pueden ser una fuerza viva, popular, que deben engancharse fuertemente a esas peñas sin nombre de torero en su bandera, que sean suficientemente numerosas, que fueran el norte de exigencia en las plazas. Es ahora, en estos momentos cuando se necesita de su concurso. Es ahora cuando todas aquellas, que siguen vivas deben hacerse oír. Es ahora cuando se necesitan a todos los estamentos de la Fiesta sobre todo a los mas interesados, a quienes están dentro de la misma y viven de ella, Es ahora cuando los unos y los otros debemos unirnos y enarbolar la misma divisa con el fin de defender sin complejos, que la fiesta de los toros esta marcada a fuego en nuestro sentir y en nuestra tradición. Pero sin duda para llegar a unirnos bajo la misma bandera, hay que estar desprovistos de intereses mezquinos y egoístas, donde prime el afán mercantilista, por encima de los valores y los cauces lógicos del espectáculo. -Cierto que es un candoroso optimismo-, pero, o remamos unidos en la misma dirección o estaremos al pairo de la hipocresía, de los defensores, de los animales, y los que detestan el mundo de los toros. Todas esas peñas que terminada la temporada, comienzan a regar premios y trofeos, a ofrecer tertulias, coloquios y semanas taurinas por toda la Iberia,- (casi todos con mesa, mantel y reportaje fotográfico), son los que deben estar en primera línea… “Vamos digo yo…”

Fermín González comentarista de- onda cero radio- Salamanca


. Fermín González.-