Thursday, March 29, 2012

EL LENGUAJE DE LA TAUROMAQUIA
Dentro del impresionante caudal, que representa la historia de la tauromaquia. Es sin embargo, por medio de la palabra, lo que más nos acerca al exhaustivo conocimiento. La palabra permite las expresiones, la capacidad de sugerencia, permite el lenguaje de uso cotidiano, de forma que llega incluso, para aquellos que no conocen el mundo de los toros, ni siquiera simpatizan con el.
Decía el viejo profesor Tierno Galván. “Nada explica mejor la importancia social de la Fiesta, que el conjunto de significaciones que traslada e incorpora al lenguaje”. La palabra se impregna de sentido vital del acontecimiento, y es evidente, que esto ocurre por su historia, su cultura y enorme vigencia social.
En la prosa taurina, lo tradicional es el uso de metáforas que, a veces han podido parecer originales y extrañas, pero que, se han quedado asentadas en nuestra habla cotidiana. Y es corriente, que frases de especifico carácter tauromaco hayan trascendido al habla vulgar. (“Derecho al toro”), no es solo una reivindicación de la afición, es también la más nítida metáfora en el cotidiano lenguaje. Nada como ir derecho al toro, para resolver el apasionante reto de sobrevivir cada día. Y así podemos ir precisando con mayor o menor gracia y sentido de la oportunidad, las situaciones imaginables que puedan darse en una convivencia, así como en sus distintos roles, masculino o femenino.
Para referirse a cosas, comentar hechos y para subrayar motivos que nada tienen que ver con los toros, se acude a aquellos “dichos”. Por ejemplo: Cuando decimos de alguien que presta ayuda, suele decirse (“echar un capote”), entendemos perfectamente, que, es hacer el quite en un momento de apuro o peligro. Lidiar y bregar, son verbos concretamente relacionados con la tauromaquia, pero apreciamos como se emplean en otro tipo de actividades o posiciones de la vida. (“Quedo para el arrastre”), se dice de quien enfermo no levanta cabeza .(“Brindar al sol”) = demagogia o efectismo.(“tiene buena mano izquierda”) = que señala y pondera habilidad, destreza, maestría.(“coger al toro por los cuernos”), (“capear”), (“pinchar en hueso”), (“suerte y al toro”),(“cambiar de tercio”), la cita seria inacabable. Y así sucesivamente podrían citarse muchas frases y expresiones, que han sido trasplantadas, del léxico privativo de los toros, a la vida cotidiana.
Y ella acredita la fuerza y el vigor popular que lo relacionado con la fiesta de los toros, se refleja en la presente utilización de expresiones de específico carácter, para otras comparaciones o citas. Ha de reconocerse que en pureza de lenguaje, se ha manifestado siempre a gran altura, poniendo un celo exquisito, no corriente en otra actividad. Hemos de tener muy en cuenta que la tauromaquia es cultura. Tauromaquia es más que unas cuantas faenas, más que unas cuantas ferias y más que unos cuantos- toreros. La tauromaquia, su argot, su vocabulario, sus formas vivas, sus expresiones, son aun hoy en día parte de nuestro entendimiento. De esta diversidad de expresiones que demuestran un interés en cada una de las épocas por las que trascurre la tauromaquia, todo ha sido recogido y perpetuado, pues a demás de la palabra, podemos acercarnos a la pintura, donde no solo podemos observar el retrato de aquella figura sobresaliente y popular, sino que esta se desarrolla en todas sus facetas, tal y como ocurre con el grabado, hoy con la fotografía, así como en la escultura en todas sus variantes, la forja, la piedra el granito o el bronce. Pero también es muy cierto, que en muchas expresiones artísticas, las exageraciones, frases hechas y términos metafóricos son bien taurinos. (Esa es su riqueza cultural).

Fermín González.- comentarista- onda cero radio-

Tuesday, March 13, 2012

PERDIDA DE CONFIANZA EN LA AUTORIDAD
Me comentan muchos y buenos aficionados, que tienen desde hace tiempo perdida la confianza en la llamada autoridad competente. (Verdad es, que en materia de autoridades precisamente este País en sus últimos tiempos, no esta para tirar cohetes).Pero estas buenas gentes, se refieren a la autoridad dentro de la plaza de toros, que no aciertan a comprender, el porque de pasar por alto situaciones que, aunque en muchas ocasiones parecen insustanciales producen discusiones, ante la falta de esa proclama de formas sencillas, pero no por eso menos importantes, puesto que además legislado esta en la Ley por Real Decreto.
Es bien sabido, que en todo reglamento sea el que sea, hay ordenamientos rutinarios, que cada cual justifica o disimula, sin que por el momento pueda resultar gravoso a sus intereses. Luego cuando por nimio que parezca el problema, si por alguna circunstancia se complica, comenzamos a reprochar a quienes corresponda, que esta u otra banalidad ya no lo es tanto y, debe cumplirse porque así esta escrito.
Puestos en la materia que nos ocupa; en la fiesta de los toros, están incumpliéndose con riesgo de perpetuidad lo que a juicio de los aficionados, ellos si consideran de importancia y la autoridad debe tenerlo en cuenta. Por ejemplo:
Muchos aficionados han pasado a creer que todos los toros, o la mayor parte de los toros, se afeitan sistemáticamente. Desde luego se da por descontado que todas las corridas que matan no pocas figuras han pasado por las expertas manos de un acreditado “peluquero”. Si para uso personal tienen uno que les cuida los cabellos, ¿porque no habían de tener otro para rasurar escrupulosamente a los toros que han de matar? -Maliciosamente, se ha dicho en muchas ocasiones, que las cogidas fueron producidas por los toros sobreros -. Pero estamos en época de estadísticas, donde nos dicen, las calorías e ingredientes que debemos comer, la renta per. cápita, lo que gastamos, lo que dormimos, la intención de voto y un sinfín de etcéteras interminable. Sin embargo, en cuestiones (taurino – afeitadoras) no sabemos, lo que se dice nada; ¡cuantos toros se detectaron! ¡Que ganaderías! ¡En que plazas! ¡Que toreros los lidiaron! ¡Cuantas multas y denuncias! En fin donde se descubrió esta “martingala”. Lo cierto es que nadie se atreve a poner en tela de juicio semejante fraude, ni tan siquiera la autoridad, -llamada competente – y para que hablar de la veterinaria -. Es más, a día de hoy en la mayoría de las plazas apenas nadie dice nada, y la corruptela se asume como una suerte más, y tan solo se pide que la “fechoría” este bien hecha y disimulada, y no como ocurre en algunas plazas generalmente en los pueblos donde el animal sale con los pitones, cortados de forma que lo hubieran hecho a (martillo y cincel)... es lamentable tener que expresarse así, cuando existe una ley reglamentada, donde viene perfectamente dispuesto, cual es el reparto de responsabilidades en materia ganadera, gubernativa, presidencial y veterinaria, y un sinfín de componendas ministeriales, para que finalmente el fraude y manipulación del animal sea, por todos conocido. La batalla esta perdida, pues la única defensa del aficionado – el reglamento taurino -, se aplica para aquello que conviene. Será difícil, casi imposible, recuperar la confianza, que hoy no tiene el público en sus autoridades, si esto se lograra, al menos las gentes notaría cierta sensación de honestidad y seriedad. Que hay alguien dispuesto a defender sus intereses, para que no dinamiten su bolsillo, ni quebranten su afición.
Aunque hoy por hoy, seria cosa de ilusos pensar que, tan solo un Real Decreto, pueda acabar con los interesados gatuperios, que a todo trance no quieren que desaparezca una de las “verrugas” más vergonzosas de la Fiesta. Y si no le ponemos, vergüenza, difícilmente vamos a defender dicha Fiesta.

Fermin González comentarista onda cero radio Salamanca.-