Tuesday, January 26, 2010


¡UNA SOLA VARA!
La suerte de varas, ha sido postergada a un plano secundario. Hoy dicha suerte nos ofrece el espectáculo de inutilizar al toro para la lidia, y parece presentarse en la actualidad, carente de dos elementos esenciales: riesgo y belleza. No todo consiste en correr peligro, sino que público pueda valorarlo. Las posibles facultades del caballo quedan disminuidas por (droga, peto, peso, careta, tapones etc.). El toro simplemente, se estrella, proporcionando la misma emoción que pudiera resultar de que se lanzara contra el conjunto caballo picador – un objeto inanimado cualquiera.
El tema hace años que esta en la calle. – El toro se acaba en la suerte de varas, en la mayor parte de las corridas -. El público se descorazona, se irrita, protesta contra el picador. -¡El toro ha salido de los toriles alegre, con dosis de bravura y codicia; pero ha entrado por primera vez al caballo, y ya no parece el mismo-¡Pero, ¿cómo puede ser posible, sí tan solo ha tomado una vara? Se pregunta sorprendida la gente. ¡Cuidado con lo de una vara! Eso ha sido en el momento de la reunión. Después, toro y caballo se ha hecho una sola pieza, han forcejeado durante buen rato y, mientras tanto el varilarguero ha castigado tremendamente a la res, en interminable “carioca” o acosando contra las tablas y metiendo la puya en los costillares. ¿Una vara? Según lo que se entienda por una vara, pues, si lo es como la descrita, esa que repetidamente vemos en la plaza, el morlaco queda prácticamente invalido para el resto de la lidia.
El problema es gordo, y de caracteres fundamentales;- y otra cosa importante, cuanto más bravos sean, cuanto más poderosamente embistan y codicia demuestren, peor para ellos-. Mayor será su porrazo contra el peto y más grande será el boquete que les abrirá el puyazo y del tremendo castigo no se librara.
Seria de ilusos pensar que esta solución es tarea fácil, tal y como están los entresijos de la fiesta, y que a una permisiva administración y autoridad les trae al fresco todo esto. Pero esta claro, que lo que no se puede permitir, es que la suerte de varas sea no pocas tardes, el principio y el fin de la corrida.

Fermín González- comentarista onda cero radio Salamanca.-

Tuesday, January 19, 2010


VER O MIRAR

La mayoría de los públicos que hoy asisten a las plazas de toros, ven o miran la corrida, con ojos inseguros, con esa ternura de niños que tiene los hombres. Algunas veces; la mayoría de estos espectadores la ven o la miran también con esa candidez infantil, con deslumbrada admiración. Tal vez, a la reducción a la que se llego en los últimos años, en cuanto a la casta, fiereza y poder del toro, y sobre todo la exquisita selección que se ha logrado en orden de nobleza, suavidad y franqueza de su embestida, ha hecho posible un toreo a distancia inverosímil, suprimiéndose del espectáculo el aspecto de lucha, dominio y poderío que la lidia del toro con codicia, genio, encastado, bronco y más difícil hacia resaltar. Pues, bien tales factores han convertido al torero lidiador en artista; al maestro, en protagonista de bellos desplantes. A ello ha contribuido la formación de un publico nuevo, con marcado carácter delicado, sensible, muy correcto, sentimental incluso, exhibicionista, pero indudablemente de psicología y preparación distinta al que tradicionalmente venia asistiendo a los cosos taurinos, y contemplar a la emocionante oposición del bruto instinto del toro, a la inteligencia y oficio de un valiente, dando un curso de sabiduría torera y saber, en el arte de lidiar reses bravas. Pero este aficionado esta en franca retirada, y va quedando este publico, representante típico de una gran mayoría, en que todo esta “requetebién”. Únicamente se disgusta, cuando las cosas salen a gusto del aficionado curtido, cabal y entendido, que no exagera lo malo, pero no lo oculta, que ve la corrida con el cristal de critico, y con añeja perspectiva histórica, y mientras este aplaude al toro que se arranca de largo, que aprieta en el caballo, que galopa en banderillas y se emplea codicioso en la muleta. El ingenuo que solo mira, le disfrazan la realidad y, se acopla a esa muchedumbre, que aplaude con frenesí el adorno, las posturas, lo fingido, lo adulterado y el oropel, sin señalar y exigir, las suertes cruciales de la lidia, así como la integridad del toro. (“Claro que estos entusiastas, gustan mucho... A muchos”).

Fermín González cometarista de onda cero radio- Salamanca-

Tuesday, January 12, 2010


SE ALZA EL TELON
Vamos a asistir con buena dosis de ilusión, esperanza y con el mayor interes a lo que resulte de esta temporada que comienza. Y como no, a todo aquello que de desarrolle en estas primeras ferias. Una temporada que según se vislumbra parece ser de tanteo en las primeras corridas y carteles, por las ausencias de unos o la inclusión de otros. Son patentes las dudas y las indecisiones en toreros, ganaderos y empresarios ¿qué ocurre? ¿Reajustes económicos? ¿Falta de un mando absoluto que encarrile la temporada? ¿Una alocada carrera de jóvenes toreros de reciente alternativa, que los empresarios aun dudan de sus poderes, o del gusto de los públicos? ¿La epidemia de antitaurinos absolutistas? ¿Enfermedades de la cabaña brava? ¿Masivos cambios de apoderamiento, algunos enconados? ¿Reproches y querellas por algunas de las plazas mas representativas, caso de Valencia?- Y algún etcétera más-. Pues a pesar de estas incertidumbres, el caso es, que incluso, ya se anuncian y se cierran carteles en las ferias de junio, julio, y agosto. Todo va muy rápido, con mucha prisa, lo cual demuestra que el planeta taurino no lo ve claro, y los propios protagonistas de la fiesta, andan un tanto desconcertados, con idas y venidas, reservas diplomáticas y rectificaciones, porque la desconfianza a cuanto pueda dar de si esta temporada, se advierte claramente, que no es poca. Y sinceramente creo que esto no beneficia al conjunto de la fiesta. Esto, lo más que puede traer; - y ojalá me equivoque -, es desconfianza, y, de la misma lo único que puede nacer es un abstencionismo perjudicial. Porque lo que esta claro que, una de las cosas que necesita este espectáculo, amen de una reestructuración, es claridad, trasparencia, verdad, si se quiere recobrar los cauces lógicos, y que, como siempre ocurrió, sea el toro quien ponga a todos en su lugar. Así sin trampa ni cartón.
No obstante, será en primavera cuando se pronuncia el parlamento catalán, el momento crucial que marcara la pauta de esta temporada. Y no es por el hecho que, el espectáculo los toros en Cataluña haya tocado a su fin, sino que de una u otra forma la fiesta taurina queda “tocada”, que una plaza de temporada, que tuvo una enorme trascendencia taurina, una cultura y una historia, pueda ser la abanderada, para que los movimientos taurinos, animalistas, politiquillos, y otros especimenes singulares de este País, llamado España pongan en solfa a este espectáculo cargado de las mas nobles esencias, entre la vida y la muerte, y con ello desparramen su”veneno” y vayan intoxicando con su desconocimiento a las nuevas generaciones. Nuestra defensa no esta en las volanderas hojas de los periódicos, revistas, e Internet – neces-, nuestro grito, el del aficionado de verdad y cabal, el que quiere y ama esta fiesta; esta en las plazas de toros, antes de que llegue la sentencia catalana, hemos de acudir a nuestras plazas y llenarlas y desplegar nuestro grito y nuestra bandera- ¡Estamos Aquí!, ¡queremos a esta fiesta! ¡Amo al toro! ¡Y somos libres!- Esa es la plataforma de la fiesta-, sin complejo alguno, ellos no los tienen para manifestarse en contra, pues coño… hagámoslo nosotros a favor, llenemos las plazas con ese único grito-¡ME GUSTAN LOS TOROS!- ¡Y QUE! O pasamos esta demostración clara y rotunda, o habremos perdido, y seguiremos perdiendo. Y si no; al tiempo. (pasalo)…


Fermín González comentarista de onda cero radio Salamanca

Saturday, January 02, 2010

CARTA A LA TERNA MAGIGA
No fueron excesivamente generosos los Reyes Magos en mi petición del año anterior; en los que les rogaba un esfuerzo supremo, para que influyeran sobre los “pontífices” de la Fiesta, con el fin de recobrar aquellas intimas sensaciones de emoción, verdad, valor y arte del hombre frente a la fuerza, bravura y poder del toro. ¡Poquito caso me hicieron los poderosos de Oriente! ¡Y sepan, - que este comentarista, siempre creyó en sus Majestades-¡Pero quizá, yo les pedía milagros, y sus señorías, no tienen potestad para tanto, claro.
Perdonen señores Reyes mi terquedad, pero un año más he de pedirles para esta fiesta taurina, de la que soy devoto.- Por ejemplo: Toros cumplidos, de trapío, con la tan llevada, y tan pocas veces traída casta. No toros cocos, no el viejo y mastodontico Barrabas. Nada de eso, toros con la cornamenta precisa y edad paralela para ser lidiados en cualquier plaza. Toros con fuerza suficiente para aguantar lo reglamentario, que empujen, que lleguen al ultimo tercio sin caerse, con la embestida suficiente. Toros en los que el diestro, no tenga que estar pendiente del mimo, para que el animal no se venga abajo. Toros con mayúscula. Majestades: en nombre de los muchos aficionados a la Fiesta de los toros, les pido; influyáis en las conciencias de aquellos que organizan, mandan y gobiernan el estamento taurino, en pos, de recobrar la verdad, la emoción, la prestancia, la singularidad y la pureza de una Fiesta española, que Uds. conocerían, seguramente de antaño con el nombre.-Corridas de toros-. Y que hoy, aquella rígida y noble tradición de lidiar reses bravas, esta en franca decadencia, por el hecho contundente, de que esos aficionados irreverentes, exigentes, pedigüeños de la emoción, de la incertidumbre, de la verdad, del gesto, del valor, la gracia y la personalidad etc., etc., se aburren, bostezan y asisten callados e impertérritos a tan empalagoso festín de cuanto blasonan mandar en el toreo.
Pues de esos, son los animales que pedimos, con lo justo, justo sin que nada les falte, para que podamos apreciar y valorar el toreo de siempre, el toreo verdadero, no el sucedáneo. Con las mismas fundadas ilusiones y esperanzas que en años anteriores, les hago esta petición para la familia taurina, muy necesitada de tales menesteres.- Que Dios guíe su estrella.-

Fermín González comentarista onda cero radio Salamanca


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