DE LA CRÌTICA CONSTRUCTIVA
AL HILO DE LAS TABLAS
DE
Un amable lector, que parece seguir desde
tiempo atrás mis comentarios, reseñas o críticas relativas a lo taurino; me
indicaba hace unos días que, tanto servidor como algún otro colega, deberíamos
aplicar una critica más “constructiva” a
En rigor, habría que comenzar por decir qué se
entiende por critica,- porque el vocablo para mucha gente esta restringido al
aspecto negativo de la misma, cuando lo cierto es, que tan contundente y tan crítico
puede ser el enjuiciamiento favorable, de cualquier otra actividad humana-.
Ocurre que en esto de los toros, cualquiera se sube al carro de la “sabiduría”
y se despacha con frases trilladas, tópicos y otras retóricas oportunistas.
Para los “taurinos y otros de cuello duro”, los matices apenas se tienen en
cuenta, y por lo general lo ven todo favorable, ponderado, justo y
“constructivo”, palabra aterciopelada que gusta mucho de pronunciar. Y lo áspero,
lo avinagrado, nefasto y destructivo, todo aquello que no se ajusta a su
candoroso optimismo, o sea – nadar contracorriente-.
Para los bonancibles públicos,
taurinos de medio pelo, y empalagosos noticiables, lo “constructivo”, es
pasarse la vida cantándole coplas y glorias a los toreros, tirarles ramos de
flores, hacerse fotos a su lado, y analizar sus faenas, disimulándolas cuando
estas no fueron de triunfo, porque no se elevaron por encima, ni tan siquiera
de lo normal. Por consiguiente, lo destructivo es cuando resulta imposible
cantarle coplas a los toreros, porque: -(…) descubres sus triquiñuelas,
retrasan los engaños, no se cruzan, descargan las suertes, ponen al toro de
cualquier forma al caballo, rematan los pases hacia fuera, y cuando con faenas
vulgares, rematadas con deleznables bajonazos se ven con las orejas en la mano
etcétera (…) a eso se le dice critica “destructiva”, algunos también dicen:
“hablar mal de la Fiesta” (…) Cuando no se puede aplaudir un toro al arrastre,
por ser un “borrico”, carecen de casta, de vigor y fuerza para aguantar la
lidia, porque hay quien con inusitada cursilería
dice.- “hay que cuidarlo, hay que mimarlo, hay que hacer de enfermero, cuando
no cocean se duelen en banderillas, o agonizan al salir del montado.(…). Cuando
no se pueden describir maravillas (…) Cuando se descubre el engaño, y se consigna
en la crítica los acontecimientos de la tarde (…) Cuando la crítica es crítica
en el más estricto, conocimiento y sentido de la palabra, para muchos, se la
considera como destructiva (…). Es decir cuando no maquillas la corrida (…) Cuando
no te sales por la puerta de atrás de la palabrería (…) Cuando no aplicas una
viscosa papilla llenando hojas, y no bailas el agua a los unos y los otros diciéndoles
las cosas que gustan de oír.
Entonces: eso es lo nocivo para
Fermín González—Salamancartvaldia.es blog taurinerias