Friday, May 22, 2020

AÑEJA SABIDURÍA


  AL HILO DE LAS TABLAS       
AÑEJA SABIDURÍA

Si recordar es volver a vivir, nada más grato y placentero que saber escuchar a aquel viejo, incansable e insaciable aficionado, que permite revivir con la mejor pasión y entusiasmo, los detalles personales, la exactitud de datos, antecedentes, anécdotas, vivencias y recursos, para el mejor desempeño de la profesión, la brillantez, la gracia, la verdad y el sabor, como es en este caso, el arte de lidiar reses bravas. Solo la senectud, nos trae la serenidad de visión que permite enjuiciar las cosas de modo objetivo, ponderado, sosegado y desprovisto de bajos intereses.
            La contestación a estas preguntas, es bastante pesimista pues, consideraba que los jóvenes de hoy, ni escuchan ni aprenden de la experiencia acumulada por muchos de los viejos toreros retirados, perdiéndose el enorme caudal riquísimo de experiencias, que bien podrían serle de la gran utilidad en su evolución como persona, así como también para la prestancia de la Fiesta. Este hecho, es una evidencia más, del rumbo que desde hace ya, algunos años viene experimentando el mundo del toreo. Es cierto, que no siempre a través de la historia, se haya considerado y respetado debidamente a toreros veteranos y “jubilados” de la profesión.- Aunque como bien es sabido, el torero no se retira nunca.- Pero no hace tanto tiempo, la presencia de los toreros retirados, era recibida con respeto y admiración por las gentes que querían aprender de la experiencia acumulada a lo largo de sus vidas, ya que eran fuente de conocimientos técnicos y prácticos, junto a la nada desdeñable e importante transmisión oral de anécdotas enseñanzas y recuerdos que forman parte de la memoria colectiva de nuestra incomparable fiesta y, que, difícilmente se pueden sustituir, por las clases teóricas de las innumerables escuelas de tauromaquia que hoy se reparten por toda la Iberia.
            A lo largo de toda la historia del toreo, hay infinidad de ejemplos; el viejo banderillero retirado, fiel consejero de un maestro, el ganadero maduro y curtido en el campo, conocedor del ganado bravo, peones de confianza, aficionados curtidos en mil plazas, y aquellos otros que apagan sus nostalgias en los mentideros taurinos, en tertulias donde se relataban sus tardes de gloria, o fracaso, de faenas angustiosas, de miedos, de presencias de muerte, de carnes rotas y cicatrizadas … desgajando aquello que vivieron a lo largo de sus carreras, y, que, como retazos de vida conservan intactos en sus memorias. Y, cabe preguntarse: ¿Qué hubiera sido de los grandes maestros sin los consejos transmitidos, sin tratados y aulas de aquellos “jubilados” de plata, o de paisano? Los viejos toreros y aficionados de probada solera, enseñaban sus lecciones, en los cafés, casinos y colmados sevillanos, madrileños, salmantinos, o de cualquier otro rincón de España, en donde los aficionados jóvenes y sobre todo los aspirantes a novilleros, escuchaban entre asombrados y admirados, a aquellos decanos de contrastada sabiduría, eran aquellas tertulias autenticas cátedras de la tradición taurina.
            Hoy apenas existen lugares similares, aquellos foros tradicionales, bien conocidos y relacionados entre las gentes del mundo del toro, han terminado como tantas otras cosas por desaparecer. Ya casi nadie habla de toros con rigor, con conocimiento y buena dosis de romanticismo, de la autentica tauromaquia, tan solo podemos exceptuar ocasionales tertulias, cuando llegan las fiestas patronales de pueblos y ciudades. Siendo en estos días festivos, cuando aparecen por doquier, los que dicen ser los conocedores del toreo que actualmente se desarrolla en las plazas, y que comentan las faenas de modo y manera que sea propicio a sus intereses, entre el vocabulario y la confusión retórica de no pocos comentaristas, incluidos los de la televisión. Lo malo no es, este hecho en si; - (“siempre hubo salvadores en esta Fiesta”).  Lo malo es: Que; lo que dicen lo van compartiendo la mayoría de los aficionados.- ¡Si los padres de la tauromaquia levantaran la cabeza! -. Para conocer las reglas esenciales, las escuelas de tauromaquia están muy bien, siempre existieron, pero no deberíamos de perder nunca el caudal de vivencias y experiencias que pueden aportar los toreros “retirados”. ¿Qué podemos hacer con estos? Escucharles, invitarles a sentarse en tertulias, coloquios y en cualquier foco taurino, llevarlos a las aulas, contar sus historias, demostrarles dignidad y respeto, -a quien lo haya ganado por supuesto -. Los jóvenes aprendices, guiados por una buena dosis de soberbia, y a menudo mal aconsejados por “testaferros” y aprovechados profesionales, solo se fijan en las “figuras” que salen en revistas y programas de cotilleo coreados por cronistas del “antitoreo”, rechazando así la oportunidad del viejo torero, que les hablara de técnicas, de terrenos, de distancias, de querencias de desengaños, de frustraciones, de la dura realidad que supone el vestirse de torero. Por ello al reflexionar sobre la azarosa vida del bisoño aprendiz, uno hecha de menos a aquellos cenáculos de la época, reducidos en número pero selectos en calidad para hablar de la Fiesta. Pero desgraciadamente, estas tertulias, se han perdido, hoy apenas tendrían razón de ser, porque aparte de saberlo todo, no sabemos escuchar.


Fermín González.- salamancartvaldia.es                        blog taurinerías                 


Friday, May 15, 2020

RECUERDO PERPETUO


AL HILO DE LAS TABLAS
 RECUERDO PERPETUO
Hablar de José  Gómez Ortega, alias Joselito y Gallito es hablar de toreo, y además donde todo el mundo, incluso los menos aficionados, sabe de quién estamos hablando. Y también tienen algunas referencias, de las no pocas leyendas, que circularon alrededor de este personaje, fuente de inspiración, para los revisteros, de la época que dieron rienda suelta, en sus páginas,  las más variadas “perlas” en sus publicaciones.

Cuenta su hermano Rafael, que con el diminutivo Gallito, fu este el primero en utilizarlo, era el mayor de una terna de toreros, y afirma que fue en Valencia de novillero allá por 8-4-1897, como bien saben los más eruditos en tauromaquia, el pasodoble Gallito, no fue en memoria de Joselito, sino de otro hermano Fernando, que no tuvo el éxito y el predicamento de Rafael Y José, falleciendo de repente al año siguiente de la tragedia de Talavera.
 Dentro del caudal anecdótico, que nos presta la fiesta de los toros, se cuenta que por Semana Santa, los nazarenos pasearon a la Virgen de la Soledad, por la puerta de su madre la Sra., Gabriela desviando el itinerario porque esta, devota de la Virgen, se encontraba enferma. Una Sra., de mucho carácter –dice Rafael-, era un poco alta, metida en carnes y “bailaora” con talento, sabia de toros cantidad, y eso que no iba a las corridas, pero con tres hijos toreros y un marido, da mucho juego… Se unió a mi padre en la (Venta del Burrero). No era gitana, como  algunos creen, era cuarterona, el gitano era mi abuelo… Mi padre tomo dos veces la alternativa, una de manos de José Giráldez (Jaqueta), que perdió al irse de banderillero con el Gordo, y la tomo después de manos de Bocanegra en Sevilla.
Evoca también Rafael, que don Pedro un viejecito profesor daba clases a José, pero Joselito, dejo la escuela a los doce años, pues ya mataba becerros y a los quince ya toreo 82 novilladas a los 17 le di la alternativa. Y añade, que recuerda con cariño, la placita que su padre, a modo de escuela abrió en Gelves, - era chiquita-, pero por allí pasaron, el Bomba, Reverte, Chicuelo etcétera…
Lo cierto es; que prácticamente de la dinastía de toreros, cantaores/as, y bailaores/as, renombrados,  los Gallos y los Ortega, han llenado de arte buena parte de la historia de este país llamado España. También llenaron las páginas de cuantos revisteros, escribidores, dibujantes, grafistas, pintores y poetas de toda la Iberia, se ocupaban de todos estos personajes, que arrastraban a los públicos, y aficionados, a cuantos foros se presentaban. Todo esto evidentemente ocurría (en un tiempo casi olvidado), donde  los artistas de cualquier índole y condición pertenecían al pueblo, se debían en cuerpo y alma a su público. Eran tiempos donde aún la vergüenza torera, la de los artistas tenían un significado poco menos que “sacramental”. Era tal el respeto, hacia sus amigos, familiares, convecinos, seguidores etc., que cuando ocurría un desliz, una mala tarde, un paso mal dado, se apagaba una voz, o se salía de la plaza entre los dicterios de los asistentes, que este, podía estar refugiado en la casa unos cuantos días, hasta que de nuevo se atrevía a presentarse en público. Si: posiblemente en aquellas calendas fuera exagerado, pero tal era el dechado y el deber de la responsabilidad, libremente contraída, que no les exagero nada de cuanto les digo… Claro que, es lo más natural, visto desde hoy, la responsabilidad es un valor a la baja, y carece de credibilidad.
Volviendo a nuestro hombre Joselito, puede pensarse por algunos que se trataba de un torero ya mayor, no, murió a los veinticinco años, y ahora parece ser, que al cumplirse el centenario de su muerte, las plazas de Sevilla y Talavera de la Reina donde perdió la vida, un 16 de mayo de 1920 por cierto  (una plaza que había inaugurado su padre Fernando Gómez García (el Gallo). Están preparando un muy merecido homenaje, a este singular torero, que desde muy temprana edad vino a decir que se trataba de un torero grande, con un conocimiento superior tanto del ganado a lidiar, como de las suertes, a realizar, en unos momentos donde aún la selección de los toros que salían de las plazas no estaba en vigor y evidentemente aparecían por toriles, toros de su más variada catadura de todos tamaños y de todas las condiciones, el toro se criaba para la suerte de varas, y para el público, por lo tanto mansos, recelosos, pegajosos, huidos, boyantes y destartalados, cierto que había ganaderías contrastadas, en las que hoy siguen sus herederos mostrando sus hierros, casos de Miura, la más renombrada.
La muerte de Joselito, fue un tumulto luctuoso en España, era el espectáculo favorito de los españoles, tanto que  María de las Mercedes y Alfonso XIII reyes, se personaron en la capilla donde descansaba el cuerpo inerte del torero, en representación del pueblo español. Si: cosas que seguro que hoy serian censuradas, tenían su aquel en una España en blanco y negro, colores que hoy no hemos abandonado del todo. Si sabemos más de José, es por su hermano Rafael, torero que también dejo un sello y una página taurina llena de controversias, capaz de lo mejor y lo peor, nunca de la indiferencia, contador de historias, conocedor de cuantos sucesos se producían, que no sentía devoción por el dinero, que dilapido sin tino, y protagonista de las más curiosas hazañas por las plazas de toros. En una última entrevista a Marino Gómez Santos, Mi ruedo Ibérico (1959), pregunto, dadas las contradicciones y especulaciones sobre el apodo, dijo: que su padre fue Gallito Chico; lo de Gallo fue por los saltitos que daba mi tío al poner banderillas de ahí vino todo.
En cuanto al día de la tarde trágica de Talavera, la corrida estaba montada para mí: (Rafael) y para Ignacio Sánchez Mejías, pero José me dijo: “quítate de Talavera y vete a Madrid”, coge el sitio mío porque no voy a ir. José estaba disgustado, por lo que ocurrió en la corrida de Urquijo. El Marques;  era su primera corrida en Madrid y quería que la matara Joselito. Todo el mundo se opuso, y Joselito dice: ¡si no toreo los Urquijo no voy a Madrid, y al no haber acuerdo fui yo!, Joselito me reemplazo en Talavera. Era 16 de Mayo llovió torrencialmente en Madrid, en el cartel estaba  Juan Belmonte, Madrid suspendió pero en Talavera se está celebrando, cuenta en la entrevista a Marino, que irían Belmonte y el Marqués de LLen a tomar un cocido a casa “Moran”, pero al legar a la conserjería, - (“un telegrama para usted”)-decía: “José gravísima cogida en el vientre”lo ha matado pensé rápidamente”. El revuelo por Madrid era un enjambre del gentío… llegue a Talavera: Blanquet lloraba en un rincón. ¿Pero y la gente de Talavera? ¡Rafael!... Había ido a llorar a la plaza. José estaba allí de cuerpo presente.
                               Tres golpes de sangre tuvo,
                               Y se murió de perfil,
                               Viva moneda que nunca
                               Se volverá a repetir       
                               (Lorca)

Ahora un siglo después, volvemos a recordar a uno de los más grandes toreros, que dio la historia de la tauromaquia. A uno de los toreros, que ha sido uno de los guías, uno de los que sembraron, con sangre la fecunda afición de otros muchos que también dejaron su vida en los ruedos, y grabaron una página de oro en este arte. Un referente que sigue y tiene continuación en un tropel de jóvenes entusiastas, que siguen intentando seguir la huella y el reguero de verdad de esta bendita afición…

                Fermín González salamancartvaldia.es          blog taurinerías





Algunos datos, pertenecen (Mi ruedo ibérico)
Bibliografía-Marino Gómez Santos- (Espasa Calpe)
Depósito legal: M.23.639-1991

VIDA Y MUERTE DE JOSELITO (el gallo) en su centenario


AL HILO DE LAS TABLAS
 VIDA Y MUERTE DE JOSELITO (El Gallo) EN SU CENTENARIO

Dice Enrique Minguet (“pensamientos”), Critico y reportero de la época, que creyó que, cuando vio una tarde torear a Joselito en Madrid, (5-4-1920), sería imposible volver a ver lidiar, torear, y estar en maestro dominador como el torero de Gelves. Si: comenta el revistero, fue la corrida de beneficencia, se anunciaron toros de Vicente Martínez, confirmaba Sánchez Mejías, eran ocho los toros y en el cartel a mayores figuraban de testigos Juan Belmonte y Varelito. La tarde superior ¡Gallito!, ¡sencillamente colosal!
En su última tarde en Madrid día de san Isidro, Gallito lidio dos toros de distintas ganaderías (Medina Garvey) y (Salas), estuvo dominador pero con una apatía, que no se le conocía, como si presagiara su horrible tragedia al día siguiente. – tras ella-.
Fue el medico Dr., Francisco Luque, quien redacto el parte facultativo. Su cuerpo fue trasladado a Madrid donde tenía casa en Arrieta 12, era presidente del Montepío de toreros, paseado entre tremenda multitud por Madrid, hasta la estación de Atocha, su llegada a Sevilla fue recibida con pasión, incluso, cerro el comercio en señal de duelo, en el cementerio de San Fernando de Sevilla se alza un mausoleo, inspiración Benlliure, donde reposan los restos del torero más grande de la tauromaquia y que, después de un siglo de aquel acontecimiento volvemos a recordar, al igual que a toda una dinastía de familiares, que dio más luz y gloria al arte, a la leyenda, y al recuerdo sincero de la familia taurina.
Su intuición, su talento, la claridad de ideas para ver rápidamente los toros  los toros le convierten rápidamente en un maestro. Como el mismo dijo en una ocasión, “mejor torero yo, pero torea mejor Juan”.
“el toro de su alternativa se llamaba “caballero”- de Moreno Santamaría, el testigo fue  Antonio Pazos. “En solo nueve años de alternativa Joselito toreo 680 corridas y mato 1.569 toros, aunque lidio 1.591, contando las corridas portuguesas, donde toreo sin matar 22 toros. Alterno con todos los matadores de la época, sin rehuir no vetar ninguno. Con su gran rival Belmonte alterno 257 tardes. Siendo el número uno, mato 43 corridas de Miura y su afición y coraje le llevaron a torear veintidós corridas en solitario.
José Miguel Isidro, fue bautizado el 15 de Mayo, día de san Isidro, y en su honor lleva el nombre de Isidro en tercer lugar- paradojas un 15 de Mayo fue su última tarde en Madrid-, debutó con picadores en Madrid en 13 de Junio de 1912. Se negó a matar la novillada prevista por respeto a la afición y toreo una autentica corrida de toros de Eduardo Olea. Fue la plaza en la que más toreo. Seis veces de novillero y 81 de matador.
El día del patrón San Isidro, cuentan, que un aficionado muy enfadado le grito, lanzándole una maldición. “¡Ojala te mate mañana un toro en Talavera!”, verdad o mentira el vaticinio se cumplió, y Joselito cayó muerto ante “Bailaor”, otra paradoja, por parte de madre bailaoras y cantaores hubo varios.
Versos, coplas y canciones fueron apareciendo como una pandemia por todo el territorio, era un tiempo de la España elegante, por un lado, y por otro aquella que empeñaba el colchón, y otros ajuares, por salir del atolladero, y algunos por ir a los toros, tiempos difíciles, que aún no hemos perdido de vista- de otra manera claro-
En el repertorio tradicional de romances y cantares ocupan un papel importante, a partir del siglo XVIII, en que la fiesta taurina se populariza, los que se refieren a la lidia y sus héroes. Las ediciones en pliego de cordel se sucedieron, contribuyendo a mantener vivo un caudal que ha sido posible recoger de boca de campesinos y aficionados a la >>fiesta nacional>>, salvando no solo los textos, sino también su acompañamiento musical. La valentía, el arrojo, la cogida, la muerte, el llanto popular, son los temas que el pueblo ha preferido y conservado.

  Fermín González salamnacartvaldia.es          blog taurinerias


Tuesday, May 12, 2020

BIEN ALIMENTADO


AL HILO DE LAS TABLAS

BIEN ALIMENTADO


No es nuevo el infundio, que se ha venido de sosteniendo, el atribuir la bravura de las reses a los pastos de tal o cual lugar. La antigua tradición de no dar al ganado bravo otro alimento que la hierba, en la creencia de que los piensos generan mansedumbre, sin embargo esta afirmación, si no a la bravura, el pasto heterogéneo que en su extenso señorio encuentra el toro, si afecta a su carácter. En las hierbas y brotes existen sustancias excitantes y tranquilizantes que a ello contribuyen. Así, los del Jarama daban nerviosismo e irascibilidad los salitrosos que cría la misma; el pasto salmantino suaviza a los toros, mientras que el pipigallo o sulla gaditana parece volverlos agalbanados, relajados y con menguado brío.

Siempre fue el pasto de secano el más apreciado por los ganaderos, dado su mayor fuerza y menos contenido en agua, al prestarse mejor al desarrollo muscular de las reses sin dar prominencia a su vientre, mientras que la hierba aguanosa, conformaba animales panzudos, menos agiles y más blandos para soportar la lidia. Plantas herbáceas, que este “catador” bravo gusta digerir son, principalmente, las gramíneas y leguminosas; entre las primeras cabe enumerar, la grama pratense, las poas y las fetuscas, de las segundas abundan los tréboles, la esparceta, la alfalfa, la lupulina. Toda jugosa golosina de hierba nueva, que el toro no corta como el caballo, sino que arranca en virtud de tener dientes sólo en la quijada inferior. La de arriba carece de ellos y posee una especie de rodillo calloso que le sirve para triturar los alimentos presionándolos contra la dentadura de abajo. Según la edad de la res, los dientes de ésta pueden ser de leche o permanentes ya que el toro es, igual que el ser humano, un animal difiodonto, lo que conocemos como dos denticiones.
Como el toro, hubo de satisfacer exigencia cada vez mayores en su presentación y peso, se hizo necesario cambiar el sistema alimenticio, y a base de estudios veterinarios, equilibraron su dieta rellenando carencias y eliminando excesos, se ha impuesto la dietética que se basa en la utilización de los piensos compuestos, cuyas formulas son requeridas por los ganaderos, con el fin de buscar esa combinación apropiada y adecuada, entre aquello que el animal come en el campo, y la formula bien aplicada de los piensos. Hay resultados veterinarios que indican cual es el aporte energético, y dietético que se le puede administrar, previo a ser lidiado.
La alimentación del toro depende de su edad. Para poner un kilo de peso, el toro necesita consumir 50 de hierba 15 de heno o entre 10 y 20 de materia seca. Desde que nace hasta ocho o diez meses después del destete, la cría se nutre con leche materna , razón suficiente para mantener bien alimentada la vaca, cosa que se ve en alguna ganadería, que la pobre esta a campo, a falta de otros ingredientes alimenticios. El ganadero sabe, que aunque le duela la cartera, la correcta alimentación en toda la ganadería es base esencial para mantener esta en estado óptimo de exigencia, que no se arrastren enfermedades y dejen evidentes secuelas posteriores. Cuando de añojos pasan a erales, la alimentación se intensifica y el grano sustituye la falta de pastos, luego de  tres años, el utrero inicia la etapa adulta, e ira aumentando peso y tamaño, lo que se dice ir “poniéndolo o postura”, y en estas entra, - lo que antes comentaba de la atención  alimenticia necesaria-, es decir vigilar su ración particular incluida la de sal, aun así, entre la manada de ellos destinados a la lidia, siempre habrá algunos mas adelantados, que avasallan a los demás, o mas tardíos de los que hay que separar para evitar posibles bajas. Es la hora de distribuir los lotes, parejos en tamaño y trapío, cuestión que se practica en casi todas las ganaderías. Su última alimentación en el campo se destina a lo que se llama “poner la corrida”, dotarla del peso, lustre y viveza necesaria para la plaza donde vaya a lidiarse. Horas después debe hacer honor a su divisa… si fue el elegido claro.

                Fermín González- comentarista- Salamanca-