Monday, April 20, 2009

EN BLANCO Y NEGRO.-


Mucha mies habría de segarse; para que esta Fiesta Taurina, recobrase de nuevo
su prestancia, brillantez, su verdad y su emoción para estimular de nuevo a aquellos que pasan por taquilla. No diré que toda esta mies sea buena; seguro que en su amplio campo abunda la cizaña, por eso habría que depurarla, poniendo a un lado el grano, y, al otro la cizaña, y echar esta al fuego.
¿Y qué es la cizaña? Todo aquello que pretende ser trigo limpio y no lo es. Todo aquel que presume de ser algo en la Fiesta – torero, ganadero, escritor, periodista, apoderado, subalterno o aficionado – y demuestra con sus hechos todo lo contrario de lo que pregonan sus palabras. Todos les conocemos. Denunciaba este columnista en otro artículo, que uno de los males poderosos de este espectáculo ha estado en la crítica. Que el mal de la fiesta, esta dentro de si misma, y, que la crítica desnaturalizada, mansa pusilánime y falta de verdad, ha resquebrajado los pilares fundamentales sobre los que siempre se asentó la fiesta. No digo que sea la culpable absoluta, no, pero si un eslabón muy fuerte, que se ha roto, por un afán mercantilista, donde, no se ha tenido en cuenta y consideración a esta industria, en la que se deben velar por los intereses de los aficionados como primera premisa para mantenimiento de la fiesta. Muchos “salvadores” de los medios de comunicación más sobresalientes, durante muchos años han venido disimulando, escondiendo y justificando cuanto les parecía, o cuanto les interesaba, sin darse cuenta del daño que, con tales maniobras y timos le hacían al mundo de los toros.
Ha sido una pena, que desde su privilegiado atalaya, no se haya sabido informar y llegar al aficionado y espectador, y menos aún fomentar el interés y la cultura taurina y, formar a nuevos y jóvenes aficionados. No han sabido capitalizar sus horas de retransmisión. No han ejercido de críticos y comentaristas capaces, y se han mostrado como meros “maestros” de ceremonias, desvirtuando las normas más elementales de objetividad crítica y comunicación. No buscaron los veneros de donde mana la afición, y hacerles llegar esta con transparencia, suscitando el interés, y el gran atractivo histórico y cultural a través de pintores, ensayistas, narradores. Y también vivificar la afición en conferencias, premios, tertulias, álbumes publicitarios, ruedas de prensa, argumentos seriados, museos, concursos de mil estilos, y labores manuales en los colegios. Ahora lo que vende, son las dulces y zalameras reseñas, entrevistas, de guante blanco, de imagen impecable. “Y esto, nos guste más o menos, son las velas que nos alumbran”.


Fermín González.-






Monday, April 13, 2009

RECUERDO-


Hace tan solo unos días; se han cumplido siete años de la desaparición de Joaquín Vidal. El maestro, escritor deslumbrante y azote del fraude de la Fiesta, cumple otro San Isidro más sin ocupar su plaza en el tendido. Ha pasado ese tiempo en el que todo se va olvidando; todo se va diluyendo y apenas queda una brizna de memoria cuando aparecen los carteles de las ferias de "postin", sobre todo el largo, pesado de no pocas tardes “vomitivas” del ciclo madrileño, que, sin embargo, sigue marcando la diferencia sobre el devenir taurino de la temporada. Y, donde J.Vidal en media pagina, con independencia, cultura e ingenio acostumbrados, convertía la corrida de la tarde en un hermoso texto, con una visión que se mostraba distinta para él; de la que habían visto otros muchos aficionados. Ahora con las primeras notas timbaleras, y antes de que se abra el toril, vuelvo a recordar con cierta nostalgia, a aquel, que con calido humor, prosa florida y castiza utilizo para compartir con sus lectores, con sus detractores y también con sus enemigos cuanto sabia… Vidal lo combatió todo, se crecía al castigo. Así se gano el respeto de la afición e hizo historia en la crítica y en el periodismo español.
-¡Seguramente; con esto no digo nada nuevo-¡Nada, que la pluma, la voz de periodistas, escritores incluso, algún político no haya dicho ya. ¡No me importa! ¡Me apetece recordarlo! Sencillamente porque ante tanta mediocridad, ante una Fiesta roída por un mercantilismo voraz que ha degenerado a los unos y los otros, incluidos el toro y el arte de torear (se admiten excepciones) volver a recordar una vez más a la pluma mas rutilante que servidor conoció, sinceramente merece la pena. Y no es que haya escasez de críticos y comentaristas. Hay muchos y escriben mucho. Ocurre que dichos escribidores se pierden en una “jerga” y una retórica oportunista llena de tópicos y frases trilladas insulsas y llenas de contrasentidos, que le dicen muy poco, y le explican menos, tanto al bisoño aficionado, como al veterano riguroso. Una notable falta de imaginación, junto a una desproporcionada vanidad, rematada de desconocimiento histórico, son las piedras de toque que mediatizan las volanderas páginas de los periódicos, donde lo hábil, lo diplomático, lo insinuante y lo dúctil, son de otra época. Y en esa época, es donde se sustentan y afianzan los asentados cimientos, donde Vidal se afirmo de forma singular para exponer y desbrozar por medio de la palabra, el espectáculo taurino.-¡ Por esto que escribo, y por alguna cosa más, aunque pase el tiempo; servidor recordara al. Sr. J.Vidal!-


Fermín González.-

Sunday, April 05, 2009


UN MAL NECESARIO
Se podría afirmar con toda seguridad: Que si los padres de criadores de reses bravas, aquellos ganaderos que conocían a la perfección la materia prima de la que disponían, si asistieran hoy a las corridas de toros; serian capaces de reconocerlas. Hace ya, unos pocos años, en que los ganaderos le pedían al mayoral de sus ganaderías, que anotasen cuantas varas, derribos, distancias y prontitud con la que los toros acudían al montado. Hace también unos cuantos años, que estos factores de medida, para saber el grado de fuerza, bravura y codicia que tenia el ganado ha desaparecido.
La suerte de varas ha perdido importancia, y los espectadores lo admiten como un mal necesario, es algo así, como un pretexto para que los matadores hagan lo que hoy llaman “quite” (bueno es un decir). Tanto se ha girado el tornillo de precisión que gobierna al toro, que a muchos ganaderos dicho examen les tiene sin cuidado. Y ahora piden al mayoral cual ha sido el resultado de los toros; pero sobre todo, el de los toreros, y cuantas orejas le han cortado a la corrida que, al fin y al cabo es lo importante y, lo que tiene reflejo en el libro de caja. La cría de toros hoy, es como otro negocio cualquiera, el buen nombre no importa desde el momento en que muy pocos se fijan ya en ese nombre. -Es el debe y el haber el que manda - Siempre hubo excepciones, y las ambiciones de algunos ganaderos, no han sido tan solamente económicas. Un ganadero acreditado podía preguntar ¿Quiénes van a lidiar mis toros?, y, si no le satisfacía los nombres, se tomaba un plazo para la respuesta. Porque la mayor amargura de un ganadero, aunque haya cobrado su buen dinero por la corrida, es ver arrastrar sus toros entre el aburrimiento del público. Un publico que solo mira al torero, y muy poco las condiciones del toro, y ante la duda de desmentir la categoría del diestro, cargan la culpa contra el animal, y este se arrastra sin pena ni gloria. El aficionado debe entender y estimar, que todo gira en torno al toro, que el torero no es nadie sin toro. – Cuanto cambian los tiempos -.


Fermín González.-